En el mundo cada vez más globalizado, el uso de las tecnologías ha producido ciertos cambios en los hábitos y comportamientos de las personas.
La tendencia es a incrementar el consumo de productos y servicios de manera digital, virtual. De manera especial en los jóvenes, quienes por lógica cronológica están más cerca de estas innovaciones.
Es la era de la inmediatez y ellos lo saben. Una época en la que el acceso a la información puede ser mayor y también más superficial.
El conocimiento pareciera venir en cápsulas, desplazando a aquel que se adquiere a través del bastos contenidos, la diversidad y profundidad que nos ofrecen los libros, la experiencia y claro está, la academia.
Los jóvenes encuentran de forma simplificada la información que necesitan a través de la Internet. Aseguran que ahí está todo.
Esto ha llamado la atención y producido cierta preocupación en padres y maestros cuando observan desinterés por la lectura de libros en hijos y alumnos.
Un aspecto importante en la labor de guiar a los niños y jóvenes en el fascinante mundo de la lectura es, más que acompañarlos, motivarlos.
Si esa motivación conlleva a incentivar el interés por todo ese universo de conocimiento que resguardan los libros, lograr eso que se llama “amor por los libros”, se habrá ganado una significativa batalla contra la ignorancia, la pobreza de la condición humana, con todas las consecuencias que ésta acarrea a la sociedad.
Cuando en la etapa adolescente el hábito y la motivación por leer aún no han sido creados, es conveniente echar mano de algunas recomendaciones para lograrlo.
La responsabilidad está tanto en educadores como en los padres.
Existen algunas estrategias para estimular en los adolescentes a leer más, aunque lograrlo puede llegar a ser complicado, pero posible.
Dejamos estas tres sugerencias que pueden ser introducidas en cualquier momento, como parte de lo que finalmente es la experiencia de vida, en la que todos estamos aprendiendo.
1. Promover discusiones con los jóvenes de cualquier tema que pueda a ellos interesarles de manera especial, puede generar interés en encontrar información sobre el asunto en cuestión. En ese ambiente es oportuno recomendar alguna lectura relacionada, para darle continuidad a la discusión, respetando sus ideas, sin dar sermones.
2. Deje que lean lo que a ellos les parezca interesante. No censure sus preferencias. Al contrario, muestre interés en conocer más sobre aquellos temas que prefieren. La mejor manera de fomentar la lectura es permitirles elegir con libertad.
3. Una manera eficaz de propiciar e incentivar la lectura tanto en el hogar como en el aula es que los niños y adolescentes vean a sus padres y maestros leer con frecuencia y comentar las lecturas.
Leer estimula la imaginación, la capacidad para razonar, produce placer intelectual, proporciona conocimiento, una perspectiva más amplia de la vida y reconforta el espíritu.
Las personas que ansían aumentar la posibilidad de alcanzar una mayor excelencia en la vida personal y profesional, tienen la lectura como hábito.
Según datos manejados por el Centro Nacional del Libro, de acuerdo a un estudio de comportamiento lector, Venezuela ocupaba el tercer lugar con mayor rango de lectura de América Latina, con 50,2% de población lectora, antes de la pandemia.
Se puede ir a más.
Por Lusymar Blanco
Visita nuestra sección Comunidad
Sigue nuestro canal en Telegramhttps://t.me/Diario2001Online