La Navidad es una época de ilusión para los niños, quienes esperan la llegada de un personaje representado con varios nombres como Niño Jesús, Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás. Ese anhelo puede durar hasta alrededor de los 10 años.
Los expertos coinciden en que no hay una fecha o edad única, sino que la decisión debe basarse en el desarrollo individual del niño y en la personalidad de este mismo.
Así lo explica Carolina Ortiz, psicóloga infantil, quien apunta que en muchos años hay niños que incluso se cuestionan la existencia de estas figuras, sin que los padres se lo comenten, ya que entre los 7 y 11 años comienzan a razonar.
"Alrededor de los 8 años, el niño desarrolla el pensamiento lógico y racional que le permite distinguir mejor entre la fantasía y la realidad", comentó la consultada.
Un indicio son las preguntas sobre cómo un niño entrega regalos a la medianoche o como un señor puede viajar por todo el mundo.
Estas dudas se intensifican también por su entorno, debido a que escuchan comentarios de compañeros mayores, ven a sus padres envolver regalos, o toman en cuenta otros detalles como el nunca haber visto a ese personaje.
"La clave es esperar a que la duda surja del propio niño, no imponer la verdad", destacó la especialista.
¿A que edad se cuenta la verdad sobre el Niño Jesús?
En lugar de centrarse en un número, sugieren que los padres observen las señales de que el niño está listo para conocer la verdad, que varía en cada caso.
Lo ideal es que los padres sean los encargados de contarlo, antes que un tercero lo haga y esto cree cierta desconfianza por parte del infante.
Si comienzan a hacer preguntas, negar la realidad de forma tajante puede ser contraproducente, por lo que lo recomendable es acompañar la transición de manera saludable.
"Hay pequeños que a los 8 años ya no creen en el Niño Jesús porque no tiene sentido para ellos, hay otros que se enteran a los 12 años porque vieron a sus papás leyendo la carta", indicó la psicóloga.
Una vez que el niño conoce la verdad puede ser tomado como un acompañante, alguien que "mantenga la ilusión" para sus hermanitos, primos o amigos más pequeños.
"Se puede contar como un juego, no seguir mintiendo, pero dejando claro que se trata de una tradición y que los regalos siempre van a estar presentes", explica Ortiz.
¿Qué indican los estudios?
Los estudios indican que este proceso de descubrimiento es beneficioso para el desarrollo cognitivo de un pequeño. Les enseña a usar la lógica, a navegar entre la fantasía y la realidad, y a enorgullecerse de su propia capacidad de discernimiento.
Como el análisis de la Universidad de Dallas en Texas encabezado por la psicóloga Candice Mills, que señala que muchos niños se sienten aliviados cuando descubren que el Niño Jesús o Santa no existen, porque los hace sentir inteligentes por descubrirlo antes.
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