La nave Starship de SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, explotó durante un “repentino y enérgico evento” que provocó la pérdida total del vehículo y daños en la plataforma de lanzamiento.
De acuerdo con el reporte de 20 Minutos, la empresa explicó que el cohete se preparaba para una prueba estática de los seis motores de la nave en la Starbase de Texas, uno de los centros de pruebas que SpaceX tiene en Estados Unidos.
La nave cargaba un propulsor criogénico como parte de los preparativos para la prueba, un paso paso previo fundamental para poder realizar su próximo vuelo de prueba, que sería el décimo.
Según SpaceX, había superado días antes un encendido estático con un solo motor sin contratiempos.
Sin embargo, durante la carga previa a la nueva prueba, se produjo una explosión que generó múltiples incendios en el sitio de lanzamiento.
Afortunadamente, la zona se encontraba sin personal, por lo que no hubo heridos.
“Como es habitual antes de cualquier prueba, se estableció una zona de seguridad alrededor del sitio, la cual se mantuvo durante toda la operación”, detalló la compañía.
También informó que no hay riesgos para las comunidades cercanas del Valle del Río Grande y que los análisis realizados sobre los materiales de la nave descartan cualquier peligro químico, biológico o toxicológico.
Aunque aún no hay una conclusión definitiva, el análisis preliminar señala a un posible fallo en un recipiente a presión con recubrimiento compuesto (COPV) situado en el cono frontal de la nave.
Estos tanques contienen nitrógeno gaseoso y, según subraya SpaceX, no guardan ninguna similitud con los usados en los cohetes Falcon.
La compañía aseguró que sus equipos de ingeniería investigan el incidente. Mientras tanto, el sitio de pruebas se mantendrá inaccesible hasta que las autoridades determinen que es seguro regresar.
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