Tyson Fury sufrió un pequeño percance en el entrenamiento de este martes y quiso compartirlo con sus seguidores en las redes sociales. El campeón mundial de los pesos pesados estaba pegándole duro al saco cuando parte del techo del gimnasio cedió y se vino abajo. La estructura se cayó justo dondes estaba él y quedó colgando. Por suerte, el púgil británico resultó ileso y todo se quedó en un susto.
El púgil intentó recolocar el techo pero no pudo y acabó cambiándose de parte del gimnasio para seguir entrenando. Eso sí, con un ojo en el techo por si volvía a caerse de nuevo.
Pendiente de la trilogía con Wilder
Fury, de 32 años, demostró que no sólo tiene buenos reflejos en el ring. El inglés se estaba ejercitando para preparar sus próximos combates. El primero de ellos ante Deontay Wilder para cerrar la trilogía. Tras ganar en Las Vegas en marzo, el estadounidense activó la cláusula para recuperar su cinturón, pero por la pandemia del coronavirus ese duelo aún no ha podido celebrarse, si bien ambos han ido calentándolo con sus declaraciones en las últimas semanas.
Hace apenas unos días Tyson Fury revelaba que Wilder cree que le "hizo un hechizo gitano para ganarle". El inglés negó las acusaciones un tanto extrañas de Wilder y mencionó que su único truco fue haberse metido en su cabeza para acabarlo. "Lo que está claro es que me metí en su cabeza y miné su confianza en sí mismo diciéndole repetidamente que lo dejaría caer en la segunda ronda. Planté esa semilla en su mente y la pronuncié con tanta frecuencia en el período previo a la pelea que se asustó y comenzó a creerlo él mismo".
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