En las últimas horas se han desatado, en redes sociales, una serie de críticas por la eliminación de la Vinotinto Femenina en la Copa América y no tener ya posibilidades de acudir al Mundial de 2023, en Nueva Zelanda. Y sí, también hay "palos" a Deyna Castellanos.
El análisis tiene que ser con sindéresis y equilibrio. Este grupo no jugó bien, no fue la mejor puesta en escena de un núcleo talentoso y prometedor. Eso es evidente. Se quedó a deber y el periodismo debe denunciarlo. Pero una cosa es el estudio del trabajo del cuerpo técnico y otra es enviar a los leones a algunas jugadoras como en el coliseo romano, en especial a Deyna.
Ella marcó tres de los cuatro goles de Venezuela en el torneo. Anotó un tiro libre en las postrimerías del partido ante Uruguay en el estreno, apareció en el partido ante Perú para abrir el marcador, siempre es el gol más difícil, y ante Chile obligó a ir a penales.
Su influencia y liderazgo es incuestionable, es el elemento diferencial de un grupo que depende mucho de ella a pesar de que llegó a la Copa América entre algodones, porque volvía después de una lesión en el tobillo. Aún y en esas condiciones, fue la mejor.
Los números así lo reflejan. ¿Falló el penal en la tanda ante Chile? Sí, pero ¿acaso Messi, Cristiano o Salah no han fallado alguna vez? Muchas. Y eso no les resta el estatus de estrellas y líderes de sus equipos.
Castellanos suma ocho goles en nueve partidos entre la Copa América de la edición 2018 y la de este 2022. Un promedio de casi un gol por partido. Notable.
Por lo tanto es injusto achacarle algo a Deyna Castellanos. Ella escapa de la ecuación.
La falta de pegada condenó a esta selección: por partido se dispusieron de tres y cuatro chances que no se concretaron. En el apartado futbolístico, pesó más que nunca.
Ante Argentina Oriana Altuve y la propia Castellanos tuvieron ocasiones clarísimas, y ante Chile hubo dos travesaños de Michelle Romero y Deyna quien pagó ante equipos más construidos.
Luego aparece Pamela Conti, quien está en el ojo del huracán por decisiones tácticas, además de la falta de más oportunidades a jugadoras Bárbara Olivieri, Kika Moreno, Sonia O Neill o Mariana Speckmaier.
Su ciclo inició con muchas dificultades logísticas, COVID-19 de por medio, y se le recriminó el sistema empleado; pero solo el tiempo determinará qué decide la federación con el proceso de su cuerpo técnico.
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