La señora Goya bateaba más y mucho mejor que Miguel Cabrera, esto no es un secreto para nadie… ¿O ustedes de dónde creen que vino todo ese talento?
Este es el segundo domingo de mayo, y aunque el amor por nuestras madres es infinito día tras días, la fecha es propicia para enaltecerlas aún más.
Más todavía, si se trata de la mujer que te enseñó a pegarle a una pelota… Un talento tan heredado como enseñado: Vaya pedigrí.
No todos los días ni muy a menudo puede decirse que sobre tus maderos, tus genes y tu responsabilidad; estuvo la siembra perfecta para darle categoría a un triple coronado.
José Miguel Cabrera Torres, criado en La Pedrera, estado Aragua; acumula más 3.000 hits en Las Mayores, más de 500 jonrones y está por encima de los 600 dobles: Números únicos si se les une a los lideratos de imparables, promedios y vuelacercas en una sola temporada… Y todo por culpa de Gregoria Torres.
Una mamá bastante particular, y a la que se le considera una de las mejores chocadoras de bolas en la historia del softbol femenino venezolano.
No hay estadísticas físicas o acumuladas, pero narran quienes la vieron jugar, que era una verdadera fiera en el cajón de bateo y ante el pitcheo rival.
«Yo bateaba más que tú»… Era una frase que siempre le echaba en cara a Miguel Cabrera su propia madre a modo de burla o un simple chalequeo.
Pero esta mofa terminó por completo el día 23 de abril del 2022 cuando Miguelito Cabrera despachó su hit número 3.000 en Grandes Ligas.
“Hablamos de eso, de que ahora no es así, ahora él es quien batea más, porque para meter 3.000 hits hay que tener corazón, eso no es fácil”, refirió en su momento el periodista venezolano Efraín Ruiz Pantin para LasMayores.com y quien habló en exclusiva con la señora Goya hace un año atrás.
La presencia de Gregoria Torres en cada estadio en el que jugaba su hijo Miguel Cabrera cuando era tan sólo un infante, infundía mucho respeto…
Ella no era cualquier madre de rango usual: Ella no estaba allí para consentirlo o llevarle agua. Gregoria era incluso su más fervorosa crítica, y vaya que tenía estirpe de sobra para corregirlo, sobre todo en el bateo.
Miguel Cabrera era desde pequeño una figura indiscutible en las selecciones de su natal estado Aragua, y era por demás, el tercera base o campocorto titular.
Llegó el momento de dejar de batear, para enseñar al pequeño José Miguel
Cuando aquel pequeñito, ya más grande, comenzó a mostrar su talento y amor por el béisbol, Gregoria Torres decidió que era hora de dejar el terreno y enfocarse en sus hijos, Miguel y Ruth.
“Me dije: o juego yo, o juega él”, señaló Gregoria…
“Lo hice para dedicarme más a él. Ya tenía 7 años y la niña 3. Era un poco más problemático, porque o haces una cosa o no haces nada”, manifestó.
Qué grande…Por estos enormes e intangibles detalles de la vida, es que dicen que «mamá es mamá».
De esa forma, Gregoria Torres finalizó una carrera que tuvo 14 años en la selección de Venezuela. Disputó un Mundial de Softbol Femenino, numerosos torneos estadales y amasó elogios por doquier de importantes de personas que todavía se desempeñan como evaluadores de talentos en el beisbol organizado.
Esta sí es entonces, una mamá Grandes Ligas.
Con información reseñada por el periodista venezolano Efraín Ruiz Pantin
Para: LasMayores.com
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