El Gran Premio de Abu Dabi no fue solo el telón final de la temporada 2025 de Fórmula 1, sino el escenario de uno de los desenlaces más dramáticos y ajustados en la historia reciente de la categoría. Después de 17 años de espera y cuatro años de dominio implacable de Red Bull, la bandera a cuadros ondeó sobre el circuito de Yas Marina para confirmar un nuevo nombre en el Olimpo del automovilismo: el británico Lando Norris.
Claves del triunfo
La clave de la victoria de Norris no fue el dominio total, sino una consistencia excepcional a nivel de campeonato. A pesar de que Max Verstappen acumuló más victorias en el año, Norris mantuvo una línea de resultados sólida que resultó decisiva.
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Margen Mínimo: Norris cerró el campeonato con 423 puntos, apenas dos unidades por encima de los 421 de Verstappen, destacando que cada uno de sus 18 podios fue crucial.
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Momentos Ganadores: El inglés obtuvo siete victorias en el año (incluyendo Australia, Gran Bretaña, México y Brasil), además de sumar puntos adicionales en las Carreras Sprint, donde logró dos triunfos fundamentales que minimaron su margen de error en los domingos.
El factor McLaren
El campeonato de Norris es inseparable del espectacular resurgimiento de su escudería, que también se llevó el Campeonato de Constructores. El monoplaza, impulsado por motor Mercedes, demostró ser consistentemente competitivo, permitiendo a Norris luchar palmo a palmo con Red Bull y Ferrari.
Un factor crucial fue la Doble Amenaza representada por su compañero, Oscar Piastri. El joven australiano, que finalizó tercero en el mundial y ganó carreras, logró quitar puntos vitales a Verstappen y a Red Bull en varias ocasiones, favoreciendo directamente la estrecha victoria de Norris en el campeonato de pilotos.
Templanza bajo presión en Abu Dabi
En la carrera final, Lando Norris demostró una mentalidad de campeón. Llegó a Abu Dabi como líder, y la estrategia de McLaren fue clara: no arriesgar. A Norris le bastaba con un tercer puesto para sellar el título, incluso si Verstappen ganaba la carrera.
El británico se concentró en mantener el ritmo y la calma, gestionando inteligentemente la distancia con perseguidores como Charles Leclerc, sin cometer errores que pusieran en riesgo la posición. Su tercer lugar fue un podio perfectamente calculado que cerró la temporada con el título.
¿Solo campeón o "gran campeón"?
A pesar de su victoria histórica, el logro de Norris ha abierto un debate filosófico en el paddock, parafraseando la inmortal frase de Ayrton Senna: "Todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón".
Los críticos señalan que Norris, quien tardó 110 carreras en lograr su primera victoria (solo superado por Jenson Button con 113 y Nico Rosberg con 111), es un piloto rápido, pero que hasta ahora "no emociona ni genera fanatismo". Se cuestiona si posee esa "mentalidad férrea" o la "valentía" para tomar decisiones arriesgadas, ubicándolo, por ahora, en la línea de Button y Rosberg.
La emoción tras la meta
El debate quedó en segundo plano tras el cruce de meta, donde el piloto de McLaren no pudo contener las lágrimas. "No pensé que lloraría, pero lo hice. Es un largo camino", comentó Norris emocionado, dedicando el triunfo a todo el equipo de Woking y a sus padres.
El nuevo campeón también tuvo palabras para sus rivales: "Ha sido un placer competir contra ambos [Verstappen y Piastri]. He aprendido mucho de ambos, así que lo he disfrutado. Ha sido un año largo, pero lo logramos".
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