El vínculo sentimental entre Elon Musk y Amber Heard no solo fue fugaz e intermitente, también estuvo envuelto en controversias, especulaciones y emociones extremas. Aunque su relación comenzó en 2016 y terminó definitivamente en 2018, el impacto emocional que dejó, especialmente en el CEO de Tesla y SpaceX, ha sido duradero y, por momentos, devastador.
Según la biografía escrita por Walter Isaacson, quien convivió estrechamente con Musk durante dos años, el magnate vivió un profundo desgaste emocional tras su ruptura con Heard. “Nada lo lastimó más que esa relación”, asegura el autor. En palabras del propio Musk:
"Soy un tonto por amor. A menudo soy un tonto, pero sobre todo por amor”.
Un amor marcado por la controversia
Sus caminos se cruzaron en 2013, sin embargo fue tres años más tarde, en 2016 cuando comenzaron a salir, la fecha por cierto, coincidía con los tiempos en los que la actriz estaba en pleno proceso de divorcio de Johnny Depp, lo que desató una tormenta de rumores por las fotografías de ambos en cenas románticas, escapadas y eventos privados.
Durante el juicio mediático entre Heard y Depp, se insinuó que algunos de los moretones que Amber presentó como evidencia podrían haber sido provocados por Musk. Aunque nunca se comprobó nada y el empresario negó cualquier vínculo con esos episodios, las sospechas alimentaron aún más el morbo en torno a su relación.
Pese a haber terminado hace años, los efectos de esa relación siguen latentes, al menos para Musk, quien ha reconocido lo profundamente herido que quedó tras la ruptura.
Su familia, especialmente su hermano Kimbal, nunca aprobó el vínculo con la actriz. La describían como una influencia negativa, alguien con quien Elon mantenía una conexión tan intensa como destructiva. En palabras de Kimbal, su hermano parecía tener una inclinación por enamorarse de mujeres que, aunque eran muy hermosas, cargaban un lado oscuro que terminaba por afectarlo.
Fue una historia impulsada por la atracción y el deseo, pero que rápidamente se vio envuelta en caos, juicios, críticas y una tormenta emocional que, según quienes conocen de cerca al CEO de Tesla, aún deja huella en su vida personal.
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