Las memorias póstumas del productor Jon Landau, "The Bigger Picture", desvelan un secreto de Hollywood: Matthew McConaughey fue finalista para protagonizar "Titanic". El actor realizó una prueba de química con Kate Winslet que resultó electrizante, tanto que Landau aseguraba la actriz "quedó cautivada por Matthew, su presencia y su encanto". El texano irradiaba confianza durante la audición, consolidándose como fuerte contendiente para encarnar a Jack Dawson frente a otros aspirantes.
El desafío llegó cuando James Cameron solicitó a McConaughey repetir la escena sin su marcado acento sureño. Fiel a sus raíces, el actor respondió con un contundente: “No. Así estuvo bien. Gracias”. Esas cinco palabras sellaron su destino en el proyecto. Landau relata con ironía el desenlace: "Digamos que ese fue el final de McConaughey en la película". La puerta se cerró abruptamente, allanando el camino para que DiCaprio conquistara el rol.
¿Le ofrecieron realmente el papel?
Años después, McConaughey aclaró en el podcast Literally! with Rob Lowe un mito persistente: nunca recibió una oferta formal. “Le pregunté a Cameron sobre esto [...] ¡No me ofrecieron ese papel!", afirmó. Pese a reconocer la emoción del equipo durante su prueba, desmintió haber rechazado la producción. El malentendido surgió de rumores que él mismo verificó con el director, confirmando que su eliminación fue previa a cualquier propuesta concreta.
Orgulloso de sus raíces, el ganador del Óscar insinuó que no cambiaría su decisión. Valoró siempre la esencia cultural del sur: “Somos grandes contadores de historias [...] jamás nos apresuramos en hacer algo si no hay un porqué”. Aunque admitió su deseo de haber interpretado a Jack, su identidad texana prevaleció como un principio inquebrantable en su carrera.
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