Stephany Abasali, Miss Venezuela, ha dejado claro que su participación en el Miss Universo 2025 no es para pasar desapercibida. Desde su aparición en la competencia preliminar hasta los momentos más comentados de las pasarelas, la reina venezolana ha combinado elegancia, naturalidad y un carisma que atrapa. Entre trajes que rinden homenaje a su país y la seguridad con la que pisa cada escenario, Abasali se perfila como una de las favoritas para llegar a las etapas finales del concurso.
Traje de noche: un recordatorio de sus inicios
En la competencia de traje de noche, Stephany lució un vestido ceñido al cuerpo en tonos azul y plateado que también parecieran evocar inmensidad del mar. La prenda estaba adornada con diamantes en absolutamente todo el vestido captando la luz con cada movimiento, mientras que el corset contaba con un relieve sutil, Abasali agradeció a su diseñador por diseñar un vestido que se adaptara tan perfectamente a ella y recordó que uno de los primeros vestidos que usó era parecido a este, lo que ha hace ver en retrospectiva lo lejos que llegó.
Su pasarela fue impecable: con cabello suelto, una actitud dominante y segura, y una mirada que atravesaba al público, Stephany proyectó un aura de poder y sofisticación. Los fanáticos no dejaron de comentar su elegancia natural y la confianza que mostró en cada paso, consolidando su estatus como una de las más fuertes de la preliminar.
Traje de baño: naturalidad, swing y carisma venezolana.
El desfile de traje de baño fue otra muestra de la versatilidad de Stephany. Caminó con un bikini azul de dos piezas, luciendo una figura tonificada y la frescura característica de las venezolanas en el escenario. Esta pasarela permitió ver su lado más natural: su sonrisa, el cabello suelto y el swing de su caminar la hicieron conectar instantáneamente con el público.
A diferencia de otros momentos más rígidos o estructurados, Stephany demostró que la actitud lo es todo. Con seguridad y carisma, logró conquistar a la audiencia y a los jurados, mostrando que incluso en un traje minimalista puede robarse toda la atención.
Mirada dominante y presencia que marca la diferencia
Más allá de los trajes y los detalles de diseño, lo que realmente ha dejado huella es la actitud de Stephany Abasali. Su mirada segura, la forma de posar y su capacidad para controlar el escenario la han convertido en una reina difícil de ignorar. Cada paso suyo es un recordatorio de que el Miss Universo no solo premia belleza, sino presencia y dominio escénico.
Fans y expertos coinciden: Stephany no necesita exageraciones ni trajes gigantes para destacarse. Su fuerza viene de la combinación de elegancia, seguridad y carisma natural, elementos que la posicionan como una candidata con alto potencial de victoria.
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