Al menos 39 personas murieron y otras 16 resultaron heridas por las recientes inundaciones en Afganistán, que además dejaron a más de 3.000 familias afectadas; agravando la crisis humanitaria que atraviesa el país asiático desde el ascenso de los talibanes al poder.
"Entre el 24 de julio y el 1 de agosto, las inundaciones repentinas mataron a 39 personas", mientras que otras 16 personas resultaron heridas en Afganistán; informó este viernes en un comunicado la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Las provincias de Ghazni (centro), con diez muertos y tres heridos; Kandahar (sur), donde fallecieron nueve personas, y Nangarhar (este), que sumó ocho fallecidos y once heridos, fueron las más afectadas por las fuertes precipitaciones.
Las regiones orientales de Paktya, Khost y Laghman contabilizaron el resto de muertes, además de la provincia occidental de Herat; donde fallecieron dos personas, y la central Daykundi, con una muerte.
Las inundaciones también dañaron o destruyeron al menos 1.206 viviendas en todo el país, afectando a más de 3.000 familias, precisó la OCHA.
Además, arrasaron con más de 3.600 hectáreas de cosecha y terreno cultivable en varias de las provincias; y provocaron una severa pérdida de biodiversidad en la región, al acabar con la vida de cerca de unas 1.500 cabezas de ganado.
Entre la destrucción ocasionada por las inundaciones también figuran numerosos caminos, puentes y sistemas de irrigación que quedaron inutilizados, agregó la agencia humanitaria.
Fuertes lluvias
Afganistán ha atravesado varios periodos de fuertes lluvias en el último mes, que causaron la muerte de al menos veinte personas en apenas 48 horas el pasado 25 de julio.
Otras 57 personas fallecieron entre el 7 y el 12 de julio en el país asiático por las precipitaciones y las inundaciones que afectaron principalmente a las provincias del este.
Afganistán sufre con frecuencia desastres naturales que ocasionan numerosas pérdidas humanas, como los corrimientos de tierra en los que murieron 2.000 personas en mayo de 2014 en el noreste de Afganistán, una situación agravada por casi dos décadas de guerra.
Desde la llegada de los talibanes al poder hace casi un año, el país atraviesa una severa crisis humanitaria, con una población cada vez más frágil a las adversidades, como las fuertes lluvias y las inundaciones.
EFE
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