El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó este miércoles que se introducirá "alguna relajación temporal de las medidas operativas" en el llamado protocolo de Irlanda del Norte, al tiempo que insistió en que la posición de la provincia dentro del mercado interno británico es "sólida como una roca".
El líder tory hizo esas declaraciones en la sesión semanal de preguntas al primer ministro, previa a la comparecencia del titular de Economía, Rishi Sunak, para anunciar el Presupuesto general del Estado.
El líder del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) en Westminster, Jeffrey Donaldson, preguntó a Johnson cuáles eran los planes de su Ejecutivo para proteger la provincia en el marco del mercado interno del Reino Unido al acercarse la fecha límite para que concluya el periodo de gracia de tres meses establecido para el citado protocolo.
Ese diputado consideró que el mencionado mecanismo está "ocasionando daños" a las instituciones norirlandesas al exigir detalles al jefe del Gobierno sobre sus proyectos para que Irlanda del Norte tenga "acceso sin restricciones a los bienes procedentes de Gran Bretaña".
Johnson aseguró que la posición de Irlanda del Norte es "sólida como una roca" y está "garantizada". Aunque reveló que se introducirá "alguna relajación temporal de las medidas operativas" en áreas como el suministro de alimentos. Esto a fin de "proteger" la provincia, y supeditadas a mantener conversaciones con la Unión Europea (UE).
Mantiene vínculo con el mercado único comunitario
En virtud del citado protocolo acordado para efectuar la salida de la UE, la región británica de Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario. Por lo que las mercancías que cruzan entre ese territorio y el resto del Reino Unido deben pasar controles aduaneros, con una nueva carga burocrática que ha provocado escasez de productos y tensiones políticas en la provincia.
Esa solución fue acordada tras complejas negociaciones a fin de evitar a toda costa una frontera física entre las dos Irlandas y preservar las condiciones que recoge el acuerdo de paz de Viernes Santo firmado en 1998.
El pasado mes, el Gobierno británico instó a Bruselas a extender hasta dentro de dos años el periodo de gracia establecido en diversos ámbitos para dar tiempo a organizar los controles aduaneros, unas excepciones que expiran entre marzo y junio.
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