El anuncio de que los empleados de la empresa de reparto a domicilio Glovo en España dejarán de ser autónomos y tendrán contrato laboral ha generado inquietud entre los muchos ‘riders’ latinoamericanos que trabajan para esta empresa y que temen perder el trabajo o ver muy reducido su sueldo.
Glovo, propiedad de la multinacional alemana Delivery Hero, anunció esta semana que impulsará un nuevo modelo laboral para regularizar a sus repartidores y hacerles contrato de trabajo.
Un anuncio que llegó en vísperas de la declaración de Óscar Pierre, CEO de Glovo, ante la justicia española y que, según la empresa, no responde a una estrategia judicial.
La medida, aplaudida por el Gobierno del socialista Pedro Sánchez, no convence del todo a los "riders", en especial a los muchos migrantes que sospechan que se implantará un método en el que emplearán menos horas y obtendrán menos dinero, mientras que los que trabajan sin papeles, que es un alto porcentaje, están convencidos de que se quedaran sin fuente de ingresos.
Frente a una tienda de comida a domicilio del centro de Madrid muy frecuentada por "riders", un grupo de colombianos con bolsas de Glovo a la espalda leían este jueves en sus teléfonos móviles las últimas noticias sobre la empresa y las comentaban mientras esperaban el pedido.
"En principio tener contrato laboral tendría que ser bueno porque te da derechos, reconoce Miguel, un repartidor que lleva ocho meses en Madrid-, pero creemos que Glovo va a hacer como ya hicieron antes otras empresas, es decir, contratar solo por 16 horas mensuales y pagar poco mas de 500 euros, cuando nosotros trabajamos todo el día y ganamos 1.300 o 1.500 euros".
A su lado está Jesús, que explica que su caso es más grave porque puede quedarse sin trabajo: "No tengo todavía los papeles en regla y no puedo tener cuenta propia en Glovo, así que le alquilo la suya a un amigo y le doy un porcentaje de lo que gano. Si cambian las reglas y Glovo empieza a hacer contratos, los que estamos como yo nos quedaremos en la calle".
Carios venezolanos expresan las mismas inquietudes: "En nuestro país las cosas están muy mal y está emigrando mucha gente -comenta Luis-. Cuando llegan, lo único que encuentran es trabajar de repartidor, es un trabajo con el que ganas suficiente como para pagar la habitación y la comida, y te queda para enviar dinero a casa".
Con información de EFE
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