¡Vaya palabra esta! Nos lleva a muchas reflexiones, las que tienen que ver conmigo, las relacionadas con situaciones, las que atañen a los otros.
Por ejemplo, que tanto me acepto a mí mismo, y he aquí una corriente de súper aceptación, esa que dice eres único e irrepetible o eres merecedor de todas las maravillas del universo eres el hijo predilecto y etc.
Pues bien yo no estoy de acuerdo con esa premisa, sí creo que merezco, pero merezco todo aquello por lo que estoy moviéndome, trabajando y haciendo, aquel que se dice merecedor de todo y solo se sienta a esperar, tendrá que depender que algo pase, en el tiempo que pase y si es que pasa.
Aceptar lo que ocurra y recibirlo así tal cual; ya que no se movió para obtener lo que se merecía; la vida solo le dio lo que creía y a veces la vida nos da lo que necesitamos y no lo que queremos; y eso también hay que aceptarlo. Es más Dios dijo “ ayúdate que yo te ayudare”.
Hay cosas de mí que debo aceptar sencillamente porque no puedo cambiarlas, mi estatura por ejemplo, a mis padres; así no los quiera seguirán siendo mis padres y aceptarlos tal cual son ayuda a mejorar la relación, no hablo de amarlos, hablo de aceptarlos; pero hay cosas como mi peso que sí puedo cambiar, y no me quedo solo en la físico. Hay actitudes que perfectamente también al volverse inaceptables podemos cambiar, esas pueden ir desde tirar la ropa al piso o una adicción, “quiéreme tal como soy” decía la canción, es válida si como soy no es tóxico para nadie incluyéndome.
Creo que al entender que hay aspectos de mí que están en mi control poder cambiar y que hay otros que no; puedo entender y aceptarlos a ambos a los que puedo y a los que no puedo cambiar, la vida evoluciona todos los días y yo he de evolucionar con ella, el rio no es el mismo nunca. Toda el agua que permanece estática, a la larga o se seca o se pudre, por ello debo aceptar que vivo en un cambio y que eso es lo ideal, lo sano, lo normal.
Pero es importante entender que me acepto con mis errores, esos de los que aprendo a diario, con mis logros, mis éxitos y tropiezos, ellos construyen junto a mis creencias, valores y principios a MI SER, esa persona con quien me identifico y a quien acepto como mi YO, ese que piensa, siente, existe, ES, y ese ser, al aceptarse avanza, evoluciona, entiende que es parte de un todo y que no es el todo, ¿que estaría dispuesto a cambiar de lo que puedo cambiar? Solo aquello que no esté reñido con mis principios y valores, pero ojo, esos principios y valores también pueden sufrir variaciones en el tiempo, pero sin duda, son tu principal arma de lo que eres y de lo que estás o no dispuesto a aceptar de ti.
Debo entender y aceptar que hay situaciones que no puedo y que si puedo cambiar y que puedo y no aceptar y que eso es válido. No aceptar que una relación termino es dedicarse a sufrir y a permitir abusos e irrespetos y ¿qué sería peor entonces? ¿Aceptar que la relación no funciona o aceptar los abusos? Que un ser querido muera es difícil de aceptar, incluso a muchos les cuesta aceptar su propia muerte, pero ¿puedes controlar eso? Cuando aceptamos que todos vamos a morir tenemos una mejor relación con la vida.
Muchas son las veces que perdemos algo y no lo aceptamos, para luego agradecer nuevas oportunidades; al aceptar puedo cerrar el ciclo y las puertas se abren. Mientras no sea así, no tendré nada ni de lo viejo ni de lo que está por venir.
Cuando aceptamos que somos diferentes y entendemos que cada quien piensa, siente y ama como quiere. También nuestra relación con los demás cambiará, es simple ¿lo compartes? ¿no te afecta? ¡acéptalo! Es inaceptable (me refiero a la relación) cambia o déjalo.
La oración de la semblanza dice:” Dios dame la semblanza para aceptar lo que puedo manejar; la fuerza para aceptar las que no puedo manejar y la sabiduría para conocer la diferencia entre las dos”.
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