¿Cómo sabes que no te gusta sino lo has probado? Seguramente, más de una vez has escuchado o dicho esta frase, y con ella, lo que queremos decir es que si no conoces sobre algo, no puedes emitir un juicio sobre él.
He aquí dos palabras claves CONOCER Y JUICIO, y por ello el título de nuestra columna de esta semana, imagina que estás haciendo zapping por la tv, pasas de un canal a otro hasta que encuentras algo con lo que conectas, que te engancha y te quedas hasta el final o hasta que pierdes el interés inicial, pero ¿qué paso con los otros? Aquellos canales que cambiabas ¿que tenían en común? Primero que lo viste, de manera consciente y atenta observaste algo, ese algo paso por tu sistema de percepciones y dijo ¡no me agrada! Y listo de manera consciente dijiste ( y esa es la segunda) ¡cambia! Y tu mente y cuerpo se prepararon para otra opción.
¿Qué quiero decir con esto? Muchas veces pasan cosas en nuestras vidas y no sabemos por qué ocurren, las hacemos por repetición, porque así se aprendió y listo, hay algo que puede ilustrar un poco esto que les planteo, le hija le pregunta a su madre, ¿mamá como es la receta del pollo al horno que tú haces? La madre responde, lo adobas, ¡lo picas en cuatro partes y lo cocinas por una hora! Y por qué hay que picarlo en 4? Pregunta la hija, bueno porque así me la enseño tu abuela, pregúntale a ella, la nieta le pregunta y la abuela responde ¡lo adobas, lo picas en cuatro y lo cocinas por una hora! ¿Abuela por qué hay que picarlo en 4? Así me lo enseño mi mamá, por suerte la bisabuela estaba aún con vida y la chica le llama y le pregunta, y respondió, ¡lo adobas, lo picas en 4 y lo horneas por una hora! ¿Por qué hay que picarlo en 4 bisa? No por nada especial, es que mi horno es pequeño y el pollo no cabe entero.
Repetimos patrones de conducta porque creemos que es lo que hay que hacer, está en el subconsciente y es él el que manda, el que marca la pauta, es la zona de confort, es lo que la familia quiere, es lo que la sociedad desea, es lo que se debe hacer, es, es… ¿ y tú? Tú estás viviendo una película que no es la tuya, donde tus creencia te impulsan o limitan dependiendo de lo que traes ya en el disco duro de tu genoma, hasta que te sales y tomas el control de la programación y ves desde fuera eso a lo que llamas vida y es tu consciencia la que actúa ahora, es el aquí y el ahora, es el tiempo presente y eres tú quien ve el canal mucho más claro, y es entonces cuando puedes decir si lo dejas o cambias, porque ¡por fin lo estas viendo!
Y ¿cuál es la consecuencia? Que te llegan las preguntas como ¿es esta la vida que quiero? ¿este trabajo es el que deseo? ¿mi relación es sana? Y es allí donde si puedes emitir un juicio consciente, porque ya conoces, ya lo puedes ver claramente, ya puedes decidir si cambiar el canal o no.
Por ello, la importancia de probar, saber y entender para poder decidir de manera correcta y no desde las creencias, o emociones, es mi Yo en cuerpo, alma, mente y emoción atento a mi vida y a mis decisiones, es allí cuando sé que canal quiero ver y claro está, ¡qué vida quiero vivir!
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