Esta precampaña de cara a la elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre, deja ver algo importante. Candidatos y precandidatos hay muchos, pero líderes realmente contados con una mano y me quedo corto.
Cuándo digo que hay muchos candidatos o precandidatos, pero no hay líderes, me refiero a que existen personas con aspiraciones a cargos de elección popular. Pero que en la realidad no mueven ni 100 votos. ojo no he dicho por mi, si no por las encuestas que los han estado midiendo sobre todo en las últimas semanas.
No quiero decir nombres porque me quedaría poco elegante, pero si creo que esos candidatos que saben que los votos no se pueden construir en dos meses, deberían abrirse y apoyar aquellos líderes que si tengan la capacidad de unir, con sectarismo o no, a la mayor cantidad de votantes y alianzas que busque derrotar al gobierno.
No me crean iluso por verlo de esta forma, lo que creo es que si de verdad queremos ganarle al gobierno, el esfuerzo, tragar grueso, votar con la nariz tapada y soportar, esta vez será mucho mayor.
REPERCUSIONES
Sin embargo, lo que pasará el próximo 21 de noviembre tendrá repercusiones a escala nacional. Ya si participa o no el llamado G4. Nacerán una nueva matiz de líderes nacionales, regionales y municipales, que tambalearán el tablero político y hasta en cuanto a la negociaciones.
Y luego no digan que no se los dije, porque la verdad es que los asesores de Harvard, Cambridge, la UCABy la Monteavila podrán saber mucho de elecciones en Colombia, Uruguay, España y EEUU, pero no conocen la realidad de Catia, el Pao, Mirimire y el barrio La Puñalada, para lo cual, es como si lanzarán a un payaso en una reunión de accionistas de un banco.
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