Durante la celebración de la misa en la iglesia, los feligreses dan un aporte que no debe confundirse con el diezmo. Para la Iglesia católica el diezmo cayó en desuso con la venida de Jesús, los fieles aportan una limosna voluntaria.
El capellán del cementerio General del Sur, padre Hermán Machado, indicó que en las misas no se diezma, “se da una contribución o colecta que la gente da si dispone de medios y si lo quiere hacer”.
Aclaró que el diezmo es una tradición que la iglesia superó hace mucho tiempo. “No es correcto decir diezmo porque pertenece a un momento de la historia que con Jesucristo fue más que superado. Jesús trajo otra visión”.
La iglesia es una realidad espiritual que custodia al pueblo de Dios e intercede por él, por esa razón la iglesia no diezma, como sí lo hacen otras confesiones cristianas.
En el Antiguo Testamento se menciona el diezmo al referirse al ingreso de las personas por las cosechas y otras posesiones. Hay una serie de preceptos que se establecieron en el pueblo de Israel, como el código de la alianza con un dios castigador, una concepción de dios contraria a lo que significó el código de amor que trajo Jesús.
“Nosotros no diezmamos, damos una limosna o colaboración para el mantenimiento de las infraestructuras, y de las personas que están dedicadas, como decía San Pablo, ‘el que vive el altar, que coma del altar’, que viva de eso”, enfatizó.
Destacó que la contribución que aportan los feligreses no se queda en la iglesia local, va a una obra de carácter universal que la Iglesia hace para todos. Lo que se recoge en el cepillo durante la misa es limosna.
La limosna o colaboración en iglesias es voluntaria
Precisó que la limosna o colaboración no es una obligación. Para evitar confusiones entre contribución económica y aranceles, la Iglesia estableció aranceles sobre la base de quien los pueda pagar, “porque ningún sacramento, ni las cosas que da la iglesia, tiene costo de ningún tipo”.
En la mayor parte de las misas que se celebran en Caracas, en Venezuela y en la Iglesia Católica; las personas aportan una limosna.
Algunos feligreses acuden a diario a misa, pero no todos los días pueden contribuir. “A lo mejor, lo hacen solo el domingo y van en la semana a la misa, eso no tiene objeciones, la Iglesia acepta a todas las personas tal como son, pobre y rico por igual. A nadie se le exige”, dijo.
Referencias bíblicas a la limosna
La biblia contiene múltiples referencias a la limosna que enfatizan que es un acto de caridad que agrada a Dios y que debe practicarse en secreto para evitar la hipocresía.
Antiguo Testamento, Proverbios 19:17 “Al Señor presta el que se apiada del pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”.
Según la ley, la limosna era obligatoria, para beneficiar a huérfanos, viudas y extranjeros.
Nuevo Testamento. Mateo 6: 3-4 “Más cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
El apóstol Pablo organizó colectas para los pobres para aliviar la necesidad y unir a las iglesias. Romanos 15: 25-28, 1 Corintios 16: 1, 2 Corintios 8-9, detalló Machado.
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