El pasado 10 de agosto, los titulares de todo el mundo se apegaron a una noticia que conmocionó Ecuador y la esfera política internacional: el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio expuso la nueva realidad social del país andino.
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En solo cuatro años, la nación pasó de ser uno de los territorios más pacíficos del continente, a superar las tasas de homicidios de países violentos como Colombia o México.
¿Qué sucede en Ecuador?
Históricamente, la tasa de homicidios en Ecuador fue relativamente baja en comparación a sus vecinos Perú o Colombia, esto debido a la baja presencia del narcotráfico de la nación sureña. Sin embargo, representó un punto de tránsito de los países antes mencionados debido a la controversial “ruta de la coca”.
Llegada del “correísmo” al poder
Con la llegada a la presidencia del izquierdista Rafael Correa, en el año 2007, se inició una de las reformas más controversiales del mandatario andino en materia de seguridad: la legalización de bandas criminales como los “Ñetas” y los “Latin Kings” para que abandonaran la clandestinidad y convertirlos en “asociaciones juveniles” con acción política en el país.
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Para el 2011, el Estado ecuatoriano impulsó su plan de seguridad integral, con el cual se implementaron múltiples reformas en contra de la “mano dura” de gobiernos anteriores y la reinserción de expresidiarios a la sociedad. A esto se suma una mejora en las condiciones educativas, sanitarias y laborales en conjunto con una reforma al Código Ppenal lo que para algunos sectores representó una claudicación ante la delincuencia organizada.
Firma de acuerdos de paz en Colombia
La firma de los acuerdos de paz en Colombia en el año 2016, afectó la dinámica del narcotráfico en la región. Los grupos paramilitares a cargo de la producción de la hoja de coca migraron a territorios como las selvas al norte del Ecuador.
La costa del país sirvió como punto de salida y llegada de diversas mercancías provenientes de negocios ilícitos, esta situación sirvió como caldo de cultivo para el incremento de la violencia y el control de territorio por parte de bandas armadas.
En el año 2017, Lenín Moreno asume la presidencia y deja un legado convulso para Ecuador, debido a la reducción del gasto a políticas de seguridad, situación que empeoró las condiciones del estado para enfrentar a las bandas delictivas. A esto se suma la crisis del COVID-19, la cual golpeó no solo la economía ecuatoriana reduciendo su capacidad en más de 7 puntos del PIB, además de ampliar los márgenes de pobreza en la nación andina.
El martes 9 de enero de 2024, múltiples bandas delictivas tomaron el control en varias zonas del país, como la ciudad de Guayaquil a lo que el gobierno del recién electo Daniel Noboa ha respondido con la fuerza del estado para recuperar el control en un país que experimenta su peor crisis de seguridad en décadas.
Edward Aguilar Aza/Analista/Consultor internacional
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