Un reciente cambio legislativo en Estados Unidos ha generado inquietud entre empresarios y trabajadores, ya que podría propiciar un aumento en las quiebras a nivel nacional.
En tal sentido, la modificación, que afecta las normas sobre la declaración de bancarrota, tiene el potencial de transformar la manera en que las empresas gestionan sus dificultades financieras y los procesos de reestructuración.
Cambio en la norma
En diciembre de 2024, el congreso aprobó una serie de enmiendas que facilitan el acceso de las empresas a la protección por quiebra bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras.
Asimismo, este proceso, anteriormente más complejo y costoso, ahora será más ágil y menos engorroso, lo que podría alentar a más empresas a recurrir a él cuando enfrenten dificultades económicas.
Las nuevas medidas se enfocan en hacer más accesibles los procedimientos de reestructuración, lo que permite a las compañías reorganizar sus deudas y seguir operando en lugar de liquidar sus activos.
Objetivo principal
Aunque la reforma tiene como objetivo brindar a las empresas una oportunidad para recuperarse, algunos temen que esta flexibilidad adicional pueda resultar en un aumento de quiebras, ya que las empresas tendrían ahora una vía más rápida para "salir del apuro" sin enfrentar la liquidación inmediata.
Este cambio podría permitir a las compañías seguir operando mientras reorganizan sus finanzas, lo que, en algunos casos, podría prolongar su existencia sin lograr un restablecimiento económico real.
Expertos advierten que un incremento en las quiebras podría generar efectos negativos en la economía. Mientras algunas empresas logran superar sus dificultades a través de una reestructuración exitosa, otras no logran reponerse de sus deudas y terminan cerrando, lo que podría afectar el empleo y la confianza de los inversionistas.
Proyecciones sobre la norma
No obstante, el aumento de quiebras podría impactar a proveedores y otros actores clave en las cadenas de suministro, ya que los pagos atrasados o incumplidos se volverían más comunes.
Sin embargo, algunos sectores consideran que este cambio podría ofrecer un respiro a las empresas en dificultades, como aquellas afectadas por la inflación, las interrupciones en las cadenas de suministro o las elevadas tasas de interés.
Finalmente, al facilitar la reestructuración, la nueva normativa podría ayudar a evitar cierres masivos y proteger tanto los empleos como la estabilidad económica de las pequeñas y medianas empresas.
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