El fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, anunció este jueves que recomendará una nueva sentencia para Erik y Lyle Hernández, lo que podría abrir la puerta a su eventual liberación.
Los hermanos fueron sentenciados a dos cadenas perpetuas consecutivas sin libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989 en su casa de Beverly Hills, en Los Ángeles.
La cuestión queda ahora en manos de un juez, al que Gascón mañana viernes hará llegar la recomendación de que elimine las condenas perpetuas sin libertad condicional y que los sentencie en su lugar por asesinato pero con derecho a libertad condicional.
"No hemos llegado a un acuerdo universal, porque hay miembros de mi equipo que cree que los hermanos deberían pasar el resto de sus vidas en la cárcel, mientras otros se inclinan por su inmediata liberación", explicó el fiscal Gascón.
"Pero creo que una nueva sentencia es lo apropiado".
En 1989 los hermanos mataron a tiros a sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills, en lo que, según alegaron los fiscales durante el juicio en el que fueron condenados, fue un complot para heredar la fortuna familiar.
Cuando fueron detenidos, los fiscales dijeron que el parricidio estuvo motivado por la codicia. Por su parte, los abogados de los hermanos dijeron que estos habían sido abusados sexualmente por su padre durante años, con el conocimiento de su madre, y que eso los llevó a cometer los asesinatos.
Lyle Menéndez tenía 21 años y Erik Menéndez 18 en el momento de los asesinatos.
Nuevas pruebas
Durante décadas familiares y expertos legales han pedido la liberación de los hermanos, asegurando que no representan una amenaza para la sociedad.
Y desde que en septiembre se estrenara una nueva miniserie en Netflix, tanto el interés público en el caso así como la presión para revisarlo se reactivó.
Fue eso lo que llevó a que el 3 de octubre el fiscal Gascón ofreciera una rueda de prensa para hacer saber que el proceso judicial iba a ser revisado.
Existe “una obligación moral y ética” de revisar las pruebas presentadas por los abogados de los hermanos el año pasado, las cuales demostrarían que fueron víctimas de abuso sexual a manos de su padre y actuaron en defensa propia.
Entre las nuevas pruebas que se examinaron está una carta de 1988 que presuntamente Erik Menéndez le habría enviado a su primo Andy Cano.
"He estado tratando de evitar a papá. Todavía está pasando, Andy, pero es peor para mí ahora. No puedo explicarlo. Tiene tanto sobrepeso que no soporto verlo. Nunca sé cuándo va a pasar y me está enloqueciendo", dice la carta que, según el abogado de la defensa, escribió Erik unos meses antes del crimen.
"Cada noche me quedo despierto pensando en que va a entrar. Necesito sacar eso de mi mente", añade Erik en la carta, que no se conocía en el momento de los juicios.
Andy Cano testificó en los juicios de los hermanos Menéndez que Erik le había hablado de los tocamientos inapropiados de su padre. Cano murió en 2003 de una sobredosis accidental.
Otra prueba que ha salido a la luz recientemente es el testimonio del exintegrante del grupo musical Menudo Roy Roselló, quien asegura que fue abusado por Jose Menéndez cuando era adolescente.
Entonces, Menéndez era vicepresidente ejecutivo de RCA, el sello discográfico con el que había firmado la popular banda juvenil de origen puertorriqueño.
Con información de Telemundo y CNN
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