Funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevaron a cabo la mayor redada antiinmigrantes en el estado de Vermont al detener a ocho inmigrantes en una granja lechera.
Organización proinmigrantes alzaron su voz en contra de esta redada que se realizó el pasado 21 de abril y es considerada la más grande hecha en el estado según informa la agencia AP.
José Molina Aguilar, tras seis turnos de 12 horas ordeñando vacas, vivió un día libre que resultó ser todo menos relajante.
Ese 21 de abril, él y siete compañeros de trabajo fueron arrestados en una granja lechera de Vermont. Molina narró que vio a agentes de inmigración en la granja antes de ser detenido, a pesar de estar en proceso de asilo y tener documentos que lo respaldaban.
¿Cómo ocurrió?
La redada fue desencadenada por un aviso de un ciudadano que reportó actividades sospechosas en una propiedad agrícola cercana a la frontera con Canadá.
Ryan Brissette, portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), explicó que los agentes detuvieron a varios trabajadores durante la operación.
Por su parte, Brett Stokes, abogado de los detenidos, comentó que la redada generó un clima de miedo en la industria agrícola del noreste.
Afirma que la acción exacerba la situación por las políticas migratorias contradictorias de la administración de Trump, quien había prometido deportar a millones de inmigrantes.
Arrestados
Cuatro de los trabajadores fueron deportados rápidamente a México, mientras que Molina pasó un mes en un centro de detención en Texas antes de ser liberado.
Ahora trabaja en una nueva granja y se ha convertido en un defensor de los derechos de los inmigrantes, instando a su comunidad a unirse en la lucha por sus derechos en Estados Unidos.
"Debemos luchar como comunidad para que todos podamos tener y seguir luchando por los derechos que tenemos en este país", afirmó Molina.
Incertidumbre
La incertidumbre en torno a la aplicación de la ley de inmigración afecta tanto a grandes estados como California como a pequeños como Vermont, donde la industria lechera es crucial para la economía.
Aproximadamente el 90% de las granjas en Vermont emplean trabajadores migrantes, quienes son esenciales para el funcionamiento del sector.
Wuendy Bernardo, una residente de una granja lechera, y otros como Rossy Alfaro, advierten que sin la mano de obra inmigrante, la industria colapsaría.
"Todo se vendría abajo", enfatizó Alfaro, reflejando la dependencia de la industria en estos trabajadores que realizan largas jornadas sin quejarse.
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