La cadena de farmacia Rite Aid, una de las más antiguas y queridas de Estados Unidos, confirmó el cierre de 17 tiendas adicionales como parte de su proceso de bancarrota.
La empresa, que enfrenta una grave crisis financiera por deudas, caída de ventas y fuerte competencia, ahora opera solo 708 tiendas en 15 estados, una cifra muy lejana a las más de 5.000 sucursales que tuvo en su apogeo en 2008.
La última ronda de cierres, anunciada el 18 de julio, afectará a locales en Washington, Nueva York, Oregón, Maryland, New Hampshire y Ohio, según reseña The Sun.
Esto ocurre tras la declaración de su segunda bancarrota en menos de dos años, en la que Rite Aid anticipó el cierre o venta de todas sus 1.200 tiendas.
Cierre de Rite Aid y el impacto en la salud pública
Algunas sucursales serán adquiridas por competidores como CVS, Walgreens y Albertsons, y seguirán operando bajo nuevos propietarios.
Más allá de las cifras, el cierre masivo de farmacias Rite Aid agrava un problema creciente: la formación de "desiertos farmacéuticos".
Estas son zonas donde los residentes tienen acceso limitado o nulo a farmacias cercanas, lo que los obliga a desplazarse grandes distancias para conseguir medicamentos y atención básica.
Según un estudio de GoodRx, más de 48,4 millones de estadounidenses ya tenían dificultades para acceder a una farmacia antes de estos cierres.
Demandas afectaron a la empresa
El director ejecutivo de Rite Aid, Matt Schroeder, explicó que además de las presiones del mercado, la empresa fue afectada por demandas relacionadas con la crisis de los opioides y un entorno minorista cada vez más desafiante.
Expertos como Tori Marsh advierten que si no se toman medidas, los desiertos farmacéuticos seguirán creciendo y profundizando las desigualdades en el acceso a la salud, especialmente en comunidades vulnerables.
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