La declaración de emergencia civil en Broadview marcó un giro crítico en la creciente tensión entre autoridades locales, manifestantes y residentes, luego de que la alcaldesa Katrina Thompson ordenara que todas las reuniones oficiales se celebraran de manera remota ante amenazas de violencia que pusieron en alerta máxima al suburbio.
Según Thompson, la crisis comenzó a mediados de octubre, cuando recibió una amenaza directa que fue remitida al FBI.
La presión aumentó en las semanas siguientes con amenazas de bomba contra el Ayuntamiento y advertencias de posibles intentos de irrupción durante reuniones del gobierno local.
Amenazas, presión y un Ayuntamiento bajo asedio
Frente a este panorama, la alcaldesa afirmó que la decisión de pasar a encuentros virtuales responde a la necesidad de “proteger la integridad de quienes viven y trabajan en este pueblo”.
El momento más crítico ocurrió el sábado 14 de noviembre, cuando un grupo de manifestantes de fuera de la comunidad intentó “tomar por asalto” el edificio municipal, según un comunicado del Departamento de Policía de Broadview.
Las autoridades aseguraron que los manifestantes amenazaron con cancelar la reunión de la Junta de Síndicos prevista para el lunes 17, lo que aceleró el cambio al formato remoto.
A pesar de la reunión virtual, la tensión no descendió. La noche del lunes, residentes y manifestantes se enfrentaron frente al Ayuntamiento mientras helicópteros sobrevolaban la zona.
Un vecino, Greg Buchanan, expresó su preocupación: “Oímos helicópteros por la mañana y por la tarde. Y oír estas amenazas contra nuestro alcalde me indigna profundamente”.
Choques, arrestos y el debate por la zona de protesta
Los manifestantes, sin embargo, niegan que su objetivo sea generar caos en Broadview. Ian, un asistente a las protestas que pidió no revelar su apellido, aseguró que las acciones se centran en expulsar al ICE y otras agencias federales del área de Chicago, no en confrontar al gobierno local.
“No estoy tratando de complicarle las cosas a Broadview. Estoy tratando de complicárselas a ICE”, dijo.
La tensión escaló aún más el viernes, cuando 21 personas, incluidas varias figuras del clero, fueron arrestadas en las cercanías de un centro de procesamiento de ICE en Broadview.
Según el Comando Unificado, varios agentes de policía resultaron heridos con lesiones leves durante los enfrentamientos.
El conflicto también avivó el debate por la designación de zonas de protesta, una medida que activistas califican como un intento de restringir derechos de la Primera Enmienda.
Mientras tanto, residentes como Buchanan insisten en la necesidad de mantener el orden en la comunidad. “Si van a protestar, háganlo pacíficamente y luego regresen a casa”, afirmó. Por ahora, permanece incierto cuánto tiempo seguirá vigente la declaración de emergencia civil.
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