La Administración del Seguro Social (SSA) de Estados Unidos se prepara para un cambio histórico en sus principales forma de pago en el país.
Según una información compartida por Solo Dinero, a partir del 30 de septiembre de 2025, los cheques en papel desaparecerán definitivamente, para así dar paso a un sistema 100% electrónico.
Esta medida impactará directamente a jubilados, beneficiarios de discapacidad y sobrevivientes en todo el país.
El cambio busca modernizar los sistemas financieros gubernamentales, reducir costos y aumentar la eficiencia. Es impulsada por la administración de Trump en su segundo mandato y es clave para la digitalización de pagos federales.
¿Qué cambia exactamente?
Desde el 30 de septiembre de 2025, la SSA dejará de enviar cheques físicos para todos sus beneficios. Esto incluye pagos por jubilación, por discapacidad (SSDI), de sobrevivientes y Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI).
Los beneficiarios ahora recibirán sus pagos directamente en cuentas bancarias o mediante tarjetas de débito prepagadas autorizadas. Una de las opciones principales es la tarjeta Direct Express, que se encuentra respaldada por el gobierno federal.
¿Por qué se elimina el cheque en papel?
Las razones son contundentes e incluyen sostenibilidad y reducción de costos operativos. Emitir un cheque físico cuesta significativamente más que un depósito electrónico, lo que representa un gran ahorro.
Además, los cheques en papel son vulnerables al robo, fraude y extravío, haciendo que los pagos electrónicos sean más seguros. Para facilitar la transición, el gobierno negocia con bancos para ofrecer cuentas sin comisiones ni saldo mínimo.
¿Y los adultos mayores o quienes no tienen banco?
Este es uno de los mayores desafíos del plan, ya que más de 1.2 millones de beneficiarios no utilizan servicios bancarios tradicionales. La SSA ha dispuesto soluciones como la tarjeta Direct Express, que no requiere cuenta bancaria.
También se habilitarán líneas telefónicas y asistencia en oficinas presenciales para ayudar en la transición. La SSA está comprometida a asegurar que nadie se quede atrás durante este proceso.
La seguridad de los fondos de los beneficiarios es una prioridad máxima. La digitalización de pagos federales busca precisamente aumentar la protección contra fraudes.
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