En Estados Unidos, se está produciendo un cambio notable en las políticas laborales, con un creciente número de estados y ciudades que han decidido aumentar sus salarios mínimos.
A partir del 1 de enero de 2025, un total de 21 estados y 48 ciudades y condados implementarán nuevos salarios mínimos, buscando mejorar las condiciones de vida de millones de trabajadores.
Aumentos
Entre los aumentos más destacados, Illinois, Delaware y Rhode Island establecerán por primera vez un salario mínimo de $15 por hora.
Estos se suman a otros siete estados que ya han alcanzado o superado este umbral, como California y Nueva Jersey, donde algunos trabajadores de la salud recibirán incrementos superiores a $17 por hora.
En el condado de King, Washington, se implementará el salario mínimo más alto del país, fijado en $21.16 por hora para empleadores con 500 o más trabajadores.
Sin embargo, aunque estos aumentos son significativos, expertos advierten que pueden no ser suficientes para cubrir el costo de vida.
Por ejemplo, el salario necesario para un adulto sin hijos en el condado de King es de $30.08.
Salarios en 2025
La lista de salarios mínimos por estado, según la legislación federal, quedará de la siguiente forma:
- Alaska: $11.91
- Arizona: $14.70
- California: $23
- Colorado: $14.81
- Connecticut: $16.35
- Delaware: $15
- Illinois: $15
- Maine: $14.65
- Michigan: $10.56
- Minnesota: $11.13
- Missouri: $13.75
- Montana: $10.55
- New Jersey: $18.49
- New York: $16.50
- Ohio: $10.70
- Rhode Island: $15
- South Dakota: $11.50
- Vermont: $14.01
- Virginia: $12.41
- Washington: $16.66
Este aumento en los salarios mínimos es un paso importante hacia la igualdad económica que, durante años, defensores de los trabajadores han luchado.
Estos salarios les permitirán cubrir necesidades básicas como vivienda y atención médica. Con estos incrementos, millones de estadounidenses podrán mejorar su calidad de vida y salir de la pobreza.
Importancia
La importancia de esta medida radica en que los salarios mínimos más altos no solo benefician a los trabajadores de bajos ingresos, sino que también estimulan la economía.
Al aumentar el poder adquisitivo, se fomenta el consumo y se fortalece la demanda, lo que puede generar más empleos y crecimiento económico.
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Esto contribuye a mejorar la movilidad social, permitiendo que más personas cubran sus necesidades básicas y disminuyan su dependencia de programas de asistencia.
Sin embargo, también existen desafíos, como el riesgo de pérdida de empleos en pequeñas empresas y el debate sobre el nivel óptimo del salario mínimo.
Con información de Mundo Deportivo.
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