La migración no siempre es una experiencia placentera, bien sea por los factores económicos, el estatus de residencia o la manera en que se ingresó a Estados Unidos. Dicha incertidumbre no solo afecta a los latinos mayores de edad, sino también a los hijos.
Si bien es cierto que los niños latinos tienden acoplarse a las circunstancias y aprender el inglés antes que sus padres, eso no implica que estén exentos a tener problemas de adaptación.
La primera dificultad con la que tienen que lidiar es el racismo y la xenofobia. “Muchos hijos de inmigrantes, incluidos los latinos, viven en familias expuestas a múltiples factores de riesgo, como pobreza, escuelas deficientes, violencia en el vecindario, discriminación y disparidades en el acceso a la atención médica, la educación y el empleo”, se lee en la página de PubMed Central (PMC).
Desde luego, que todos estos factores repercuten directamente en la salud mental de los más jóvenes y, según la web consultada, trae como consecuencia:
- Un bajo rendimiento escolar.
- Un negativo proceso de adaptación desde el punto de vista psicosocial.
- Y si a los padres o los tutores les cuesta llegar a fin de mes, evidentemente se creará un precedente de miedo o rechazo a las situaciones enmarcadas en los bajos recursos.
- Además, que pueden tener otros trastornos negativos en su salud, como depresión y abuso en el consumo de alcohol o de sustancias ilícitas.
“En varias áreas importantes, los jóvenes latinos tienen un mayor riesgo emocional, conductual y académico que los jóvenes europeo-americanos, así como de otras minorías”, agrega PMC.
Otros factores negativos de la migración en niños
Dada la depresión que puede conllevar la migración, hay adolescentes y jóvenes que toman la alternativa de suicidio como un “escape a sus problemas”.
“En comparación con los europeos y afroamericanos, los jóvenes latinos (tanto niños como niñas) presentan la prevalencia más alta de indicadores de depresión (36%) y de tendencias suicidas, incluyendo haber hecho un plan de suicidio (14,5%) o un intento (11%), con este riesgo siendo sorprendentemente alto entre las niñas latinas”.
El acoso escolar también puede ser distinto al que se ve en las escuelas latinas.“La mayoría de los indicadores de violencia (llevar/ser amenazado con un arma o estar en una pelea física mientras se está en la propiedad escolar, además de faltar a la escuela debido a preocupaciones de seguridad) son más altos en los latinos que en los jóvenes blancos y negros”, destaca la fuente digital.
"Los caminos verdes"
En una oportunidad, 2001 entrevistó a la abogada venezolana Odalis María Parada Márquez; Jueza Superior Emérito en materia de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, quien sostuvo que los tan llamados “caminos verdes” (como la selva del Darién) puede traer consecuencias a largo plazo para este sector tan vulnerable.
“Esto podría considerarse como un trato cruel, sobre todo, en niños o niñas de muy corta edad, e inclusive pueden perder la vida en la travesía y en otros casos dejar traumas psicólogos difíciles de superar”.
En este sentido, no considera pertinente que los padres o tutores se aventuren a un nuevo territorio con sus hijos.
“Al no contar con un trabajo y un techo en donde pernoctar con los hijos, puede ocasionar un estado de vulnerabilidad y riesgos que los niños no merecen. No se puede arriesgar la integridad física y emocional de los niños al pasar penurias y necesidades en otros países. Debemos siempre garantizar el interés superior del niño y lo que más le beneficie”, destacó.
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