La oruga de peluche (puss caterpillar) se ha convertido en una seria amenaza para residentes y visitantes de Florida. Detrás de su aspecto esponjoso y suave se esconde uno de los insectos más venenosos de Estados Unidos (EEUU). Mide alrededor de una pulgada y es la etapa larvaria de la polilla southern flannel moth.
Su cuerpo está cubierto por finos pelos que ocultan espinas conectadas a glándulas de veneno. Al entrar en contacto con la piel, las espinas liberan una toxina. Esta provoca un dolor intenso, similar a una quemadura grave.
¿Dónde es más común encontrar a esta oruga venenosa?
La oruga venenosa se distribuye desde Nueva Jersey hasta Texas, pero es especialmente común en Florida. Suele aparecer durante la primavera y el otoño, camuflada en árboles de cítricos, robles y olmos.
La Fundación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWF) insiste en la importancia de reconocerla y no tocarlas.
Las autoridades y expertos recomiendan extremar precauciones durante actividades al aire libre o trabajos de jardinería. Un leve roce puede ser suficiente para sufrir las consecuencias de su veneno. "Su aspecto puede resultar engañoso, parece un peluche, pero no lo es. Lo mejor es observarla a distancia”, señalaron en la FWF.
¿Qué reacciones produce la picadura de la oruga de peluche?
La picadura puede provocar un dolor inmediato, además de inflamación y enrojecimiento de la piel. Según el Centro de Envenenamientos de Tampa, pueden aparecer ampollas que duran días o incluso semanas. En casos severos, las personas presentan síntomas como fiebre, náuseas y dolor de cabeza.
El dolor puede irradiarse desde el punto de contacto a otras partes del cuerpo, siendo considerada la picadura más dolorosa entre los insectos norteamericanos. Las personas con antecedentes de asma o alergias deben buscar atención médica de inmediato.
¿Cómo actuar en caso de contacto?
Las autoridades sanitarias recomiendan actuar con rapidez para tratar la picadura de la oruga venenosa. El método más efectivo para retirar las espinas es colocar suavemente cinta adhesiva sobre la zona afectada. Debe retirarse varias veces hasta atrapar las púas.
Posteriormente, se aconseja aplicar hielo o crema de hidrocortisona para reducir el dolor y la inflamación.
Tomar antihistamínicos orales también puede ayudar a mitigar la reacción. Los expertos prevén un incremento en los avistamientos con el avance de las temperaturas templadas del otoño.
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