La moneda conmemorativa de $1, dedicada a Martin Van Buren y acuñada en 2008, ha sobresalido en el mundo numismático por presentar un valor más elevado que otras piezas presidenciales de la misma serie. Este fenómeno es atribuible a su rareza, estado de conservación excepcional y creciente interés entre los coleccionistas.
A diferencia de figuras históricas más reconocidas como Lincoln o Washington, Van Buren, el octavo presidente de Estados Unidos, se ha convertido en uno de los diseños más valorados del programa, gracias en gran parte a sus ediciones de acabado satinado dentro de los conjuntos especiales no circulantes emitidos por la Casa de Moneda.
¿Qué la hace tan valiosa?
En particular, las monedas con acabado satinado han alcanzado precios en plataformas como eBay de hasta $70 cuando cuentan con una calificación SP68 por parte de servicios como PCGS.
En contraste, las piezas sin circular regulares generalmente cotizan entre $2,40 y $5; incluso rollos completos de 25 monedas han llegado a venderse por $40, citó el portal La Opinión.
Al comparar con la moneda de Abraham Lincoln (2010-D), cabe destacar que incluso ejemplares en excelente estado, como SP68, que alcanzaron cerca de $25, o MS68, valorados en casi $40, no lograron superar el precio récord de las versiones satinadas de Van Buren.
¿Cómo reconocer esta pieza?
La singularidad de la moneda de Van Buren radica en su escasa disponibilidad en alta conservación y en la sofisticación de su acabado; elementos que capturan la atención de numismáticos avanzados
El Retrato frontal de Martin Van Buren (por Joel Iskowitz y tallado por Phebe Hemphill), acompañado de detalles como su nombre, el título “8th President” y los años de mandato son algunos de los detalles resaltables. El reverso presenta la Estatua de la Libertad, con el mismo estilo que el resto de monedas presidenciales.
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