Las hierbas frescas se utilizan para dar sabor y aroma a los alimentos, pero, además, le aportan valor nutricional a cada preparación. Éstas se pueden picar y añadir a platos calientes y fríos, y hasta utilizarse en infusione y cócteles, o solo para decorar.
En algunos hogares también las usas como remedios caseros gracias a sus propiedades medicinales.
¿Cómo utilizar las hierbas frescas?
Cada una de las hierbas tienen su forma de utilizarse para poder sacarle el máximo provecho. Algunas conviene no combinarlas entre sí, otras solo sirven para decorar porque al cocinarlas cambia el sabor y el aroma; mientras que otras resultan más versátiles al momento de preparar los platillos.
No obstante, independientemente de las hierbas que prefieras, ya sean de cultivo propio o compradas en el mercado, existe algo en común y es su forma de conservarlas para que mantengan su sabor fresco e intenso el mayor tiempo posible.
Trucos útiles
Para evitar que las hierbas se estropeen y pierdan sus propiedades, además de sacarle el máximo de provecho en la cocina, te compartimos algunos consejos publicados en Hola:
En primer lugar, lava las hierbas y sécalas muy bien con papel de cocina. Guárdalas en un recipiente abierto en la nevera durante 30 minutos. Transcurrido el tiempo pon una tapa y mete nuevamente en la nevera. Este truco te ayudará a que las hierbas mantengan su frescura durante un par de semanas.
También puedes envolver las hierbas previamente lavadas en papel de cocina ligeramente humedecido y guardar en una bolsa con cierre hermético en la nevera. Esto ayuda también a conservarlas durante semanas.
Otro truco es introducir las hierbas dentro de un vaso con agua fría, como si fueran flores, cortando los tallos, e ir cambiando el agua cada 2 o 3 días. De esta forma también te aguantarán unos 15 días.
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