¿Qué tanto comes en la oficina? Muchas personas pasan horas en su lugar de trabajo y allí desayunan, almuerzan y meriendan. Algunos optan por alimentos saludables, mientras que otros prefieren snacks y golosinas para engañar el estómago hasta llegar a casa y hacer una “buena comida”.
Si eres de los que prefiere comer en la calle o pasar el día ingiriendo snacks, debes saber que estás cometiendo un error.
¿Es dañino o saludable lo que comes en la oficina?
Eso va a depender de los alimentos que elijas y los hábitos que se adopten. Según refiere la Inteligencia Artificial, comer en el puesto de trabajo es poco saludable por los riesgos de salud, sedentarismo y la falta de desconexión mental, además de la exposición a gérmenes en el teclado.
Pariendo de ello la recomendación es siempre llevar comidas caseras y equilibradas tanto para desayunos, almuerzos y meriendas; evitar ultraprocesados y hacer pausas para comer.
Cabe acotar que, el problema mayor radica en las meriendas, ya que, si estás estresado o centrado, interfiere en la escogencia de los snacks que se prefieren.
Habla la experta
Expertos de Harvard señalan que el estrés no solo repercute en la salud y bienestar, sino que, además, acaba reflejándose en la alimentación de diversas maneras. Según Harvard Health cuando las personas están estresadas puede aumentar el deseo de consumir alimentos ricos en grasas y azúcares debido a la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Incluso, puede llevar a hábitos alimenticios poco saludables, como comer en exceso, saltarse comidas o perder el apetito, y puede impactar negativamente en el estado de ánimo y la salud en general.
En tal sentido, “lo que comes en la oficina dice más de ti de lo que crees”, pues hace alusión a que según tus preferencias alimentarias al estar en la oficina podría indicar cómo estás gestionando el estrés o la ansiedad mientras trabajas.
Cuando estamos estresados, “tendemos a elegir alimentos que nos brinden consuelo y placer inmediato, como alimentos procesados, dulces y grasosos. Estos alimentos pueden proporcionar una sensación temporal de alivio, pero no son nutritivos y pueden empeorar nuestro estado de ánimo a largo plazo”.
Mariela Cardozo, nutricionista señala que el estés ayuda a adaptarnos a situaciones, pero cuando se produce un desequilibrio, el organismo tiene una respuesta y provoca una serie de consecuencias, y entre ellas se encuentra una mala selección de alimentos, comer en exceso, picotear entre comidas o pasar muchas horas sin comer. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo, se debilita el sistema inmunológico y la persona queda más susceptible a infecciones y al desgaste, lo cual puede causar que la persona se enferme más.
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