Las enfermedades cardiovasculares, que incluyen el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares (ictus), se mantienen como la principal causa de muerte a nivel mundial.
Ante esta realidad, la aspirina (ácido acetilsalicílico) ha sido la piedra angular en la prevención secundaria de estas patologías, actuando como un antiagregante plaquetario que minimiza la formación de coágulos.
Sin embargo, su posición podría estar siendo desafiada por una evidencia científica más reciente.
Clopidogrel sube al trono
Un metaanálisis global de datos de casi 29.000 pacientes con enfermedad coronaria establecida ha concluido que el medicamento clopidogrel es significativamente más eficaz para prevenir eventos cardiovasculares graves.
Este estudio, publicado en la prestigiosa revista The Lancet, comparó la monoterapia con aspirina frente a la monoterapia con clopidogrel en pacientes, muchos de los cuales habían sufrido previamente un infarto o se habían sometido a intervenciones cardíacas.
Los resultados son contundentes: el clopidogrel demostró una reducción del 14% en el riesgo de padecer un evento cardiovascular o cerebrovascular adverso mayor, como infarto o ictus, en comparación con la aspirina.
Además, esta mayor eficacia del clopidogrel no se asoció con un incremento en el riesgo de hemorragias mayores, un efecto adverso grave potencial tanto de la aspirina (especialmente la hemorragia gastrointestinal) como de otros antiplaquetarios. Las tasas de sangrado mayor fueron similares en ambos grupos de tratamiento.
Este hallazgo sugiere que, para la prevención secundaria en pacientes con enfermedad coronaria ya establecida, el clopidogrel podría convertirse en el nuevo estándar de cuidado. Los investigadores enfatizan la necesidad de revisar las guías clínicas actuales para reflejar esta evidencia, ofreciendo una herramienta más potente en la lucha contra esta crisis de salud pública.
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