Una piel bella, hidratada y saludable es posible si se mantiene una rutina de cuidado básicos. Y es que tener una piel sana facilita la integración social, laboral y emocional.
Aunque no todas las pieles son iguales y sus hábitos de limpieza sean diferentes, existen algunos puntos de cuidados en los que coinciden.
Tres puntos clave que son esenciales y que deben tener en cuenta es la limpieza, hidratación y protección
Rutina diaria para cuidar la piel
Limpieza
Durante el día la piel absorbe smog de la ciudad, se acumula sucio y se engrasa con el contacto de las manos. Por eso es muy importante retirar con una buena limpieza los residuos que se depositan, así como las células muertas.
Limita la limpieza facial a dos veces al día (mañana y noche). Usa agua tibia para limpiar el rostro, busca un jabón que tenga un PH neutro para que no altere el natural de tu piel. Destina una toalla solo para el rostro y otra para el cuerpo que siempre esté limpia.
Tener cubiertos los brazos, piernas, espalda y tronco la mayor parte del día, hace que no le demos prioridad a estas zonas, pero lo cierto es que la piel aquí también se puede resecar e irritar.
Humectación
Todos perdemos agua diariamente a través de la epidermis. Y aunque es importante tomar agua, para no deshidratarnos, la que consumimos no va a la piel. Su humectación depende de la cantidad de agua que hay dentro de las células.
Por eso debes hacer una humectación diaria y constante con productos originales, adecuados a tu tipo de piel. Lo ideal es hacerla inmediatamente después del baño, lo cual permite el paso óptimo del humectante.
Recuerda usar un hidratante antes de dormir; esto la mantendrá hidratada durante la noche y hará que se sienta equilibrada y suave al empezar el nuevo día.
Cuidado con el agua caliente al bañarse
El baño no debería superar los 15 minutos, con agua templada. Al tomar una ducha caliente, ponemos en riesgo la capa natural de oleosidad de la piel y la barrera cutánea. Durante el aseo personal utiliza productos que sean gentiles con todo tu cuerpo y ajustado al PH.
Protector solar para la piel
Usar habitualmente protector solar ayuda a protegerte contra los rayos UV, que pueden causar daños y envejecimiento en la piel.
Aunque el SPF 15 es el valor mínimo que necesitas para tu protección diaria, los protectores solares con un SPF de 30 (o superior) ofrecen aún más protección y son la opción más inteligente bajo el sol.
Dormir ocho horas
Durante el sueño, las células de la piel se regeneran y su pH se re equilibra. Lo ideal es respetar las horas de sueño mínimas que el cuerpo necesita para descansar (normalmente 8 horas por noche).
Esto ayuda a mantener la piel hidratada y a evitar las ojeras; una parte importante en el cuidado de la piel.
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