Las imperfecciones en el rostro son comunes en todas las personas, y con el paso del tiempo se hacen más notables. ¿Qué mujer no quiere tener una piel de porcelana? ¡Todas!
Se considera una piel de porcelana, a aquella tez sin alteraciones en la coloración y sin imperfecciones en la capa superficial, es decir, sin manchas, verrugas, venitas, etc. Al mismo tiempo, las capas profundas se presentan con poros cerrados y con glándulas pilosebaceas pequeñas y sin cicatrices.
La piel de porcelana proviene de Corea, luego del uso de la BB Cream, la premisa es tener el rostro más natural posible, y sin el uso de maquillaje. Una mujer sin base, será una mujer fresca y con piel de porcelana.
Ahora bien, existen varios tipos de piel, y conseguirla sin imperfecciones es tarea cuesta arriba. Pero es cierto que hay maneras de conseguirla. Y aquí te damos las claves para tener tez perfecta.
Adiós a las imperfecciones
Limpieza
Una buena limpieza facial es fundamental para retirar células muertas y acelerar la regeneración celular. Por ello, los dermatólogos consideran que una triple limpieza (desmaquillante, gel y tónico), serán tus aliados para dar ese primer paso para conseguir esa anhelada piel perfecta.
Esta limpieza se debe realizar dos veces al día (mañana y noche). En la noche es donde se debe aplicar la más profunda, combinando crema limpiadora con tónico hidratante con alantoína y extracto de fucus.
Al utilizar sérums, se debe complementar con una crema limpiadora y tensor. Este podría equivaler a un tratamiento de tres días en uno.
Protección
Día a día, nuestra piel está en constante contacto con agentes externos que la van dañando. Estos pueden ser la polución y la radiación ultravioleta, así como también agentes agresores como la oxidación y la carbonilación.
Por ello, el uso de protectores solares debe ser constante en nuestra rutina de belleza. Estos protectores no se pueden limitar a cremas con factores de protección, o protectores solares con SPF menores de 60. Se deben complementar con lentes de sol y sombreros, para que el nivel de protección sea completo.
Noche
Durante este período nuestra piel descansa, pero al mismo tiempo se regenera. Es aquí cuando debemos cuidarla manteniendo nuestros poros cerrados. Con el uso de ácido glicólico, azelaico, mandélico, salicílico, retinol y vitamina C, ayudaremos a nuestra piel a alisar su superficie e igualar el tono.
Rotación
Nuestra piel es inteligente, por esto, el uso constante de productos para mejorar la textura de la misma hará que se vaya acostumbrando a ellos. Por lo que su efecto será cada vez menor. Al principio los resultados será notorios, pero con el pasar del tiempo, su efectividad puede ir disminuyendo.
Para evitar esto, se recomienda utilizar terapia rotativa, es decir, cambiar de cativos para potenciar los efectos. Se recomienda utilizar intervalos mensuales, dejando un descanso de una semana donde solo se utilicen cremas hidratantes reparadoras.
Antioxidantes
Aquí entra en juego no solo el cuidado externo, sino también el interno, por medio de nuestra alimentación. Incluir alimentos con antioxidantes, vitaminas C y E, carotenos y ácidos grasos, además de utilizar cosméticos con dichas propiedades, protegerán nuestras células e inhibirán la cascada oxidativa de las agresiones externas.
Así protegeremos los fibroblastos y mejoramos la síntesis de colágeno, asegurándonos que la regeneración celular será de células buenas y no de una dañada.
Sueño
Definitivamente, el momento más importante de nuestra belleza. Durante la noche, mientras dormimos, se produce la regeneración celular. Lo ideal es dormir más de siete horas, pero deben ser horas de sueño de calidad.
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