Los vasos, copas y las tazas son los objetos que más usamos, por más que se tengan guardas siempre se ensucian.
Después que laves tus tazas y vasos debes secarlas muy bien y guardarlas boca abajo, para evitar que se le acumulen de polvo.
Así evitarás que se impregne o conserve malos olores, ya que en el caso el vidrio es herméticos y se adhiere más rápido.
Cómo lavar los vasos, copas y tazas
1 Una vez que uses los vasos y tazas debes lavarlo para evitar que se le quede pegado cualquier resto de alimento. Usa soluciones jabonosas.
2 Luego de lavarlas seca con un paño seco limpio, que no bote pelusa.
3 Lava y seca los vasos de loza para evitar microorganismos que causen enfermedades.
4 Cuando quedan más lavados y con restos de azúcar, liquido o comida, esto puede favorecer el crecimiento de microorganismos, como hongos y baterías.
5 Ponga a calentar agua en una olla, una vez caliente acerque el vaso o copa de vidrio al vapor que se va generando. Cuando está cubierta de vapor frote con una servilleta para eliminar las manchas y huellas.
6 Si queda alguna mancha pruebe con crema dental, frote y luego enjuague muy bien con agua tibia- caliente.
7 A las tazas con el paso del tiempo le suelen quedar manchas de café o té en el fondo y alrededor de la taza. Para quitarlas deja unas gotas de cloro en remojo con agua tibia por 20 a 25 minutos y luego lava.
8 Mezcla a partes iguales el jugo de un limón y bicarbonato de sodio. Humedece un paño y frota con la mezcla las tazas para eliminar las manchas.
Lo que debe saber de las copas
Prefiera siempre las copas de cristal blanco y transparente. Sirven para poder apreciar la calidad del vino, son más elegantes y siempre irá a lo seguro en buena presentación.
En una comida formal, ubique la cristalería a la derecha de la parte superior del plato. Si son muchas copas se pueden disponer formando un triángulo o hacia el centro del plato de cada persona.
La copa de agua debe estar servida antes de sentarse los comensales; no así las de vino, que se sirven en el momento de consumirlo y de acuerdo con el plato respectivo.
Una copa de vino no debe llenarse más de la mitad pues pierde su aroma y su fragancia. El brandy se sirve en pequeñas cantidades, aproximadamente un dedo y medio.
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