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Dormir con los padres

Viernes, 25 de septiembre de 2020 a las 12:00 am
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2001Online.com | Solangel González

Es bien sabido que nadie nació aprendido, y solo la experiencia nos lleva  a adquirir ciertos conocimientos, y a conducirnos por el mejor camino. Esto ocurre incluso en el tema de la paternidad, donde el ser humano por instinto reacciona, educa y forma, y pone en práctica el ensayo y error.

Hablar de la crianza de los hijos es un tema álgido en el que todo el mundo quiere opinar, y ni que decir, sobre el tema de que los niños compartan no solo la habitación, sino la cama con la pareja.

A continuación, te presentaremos los pros y los contras de esta costumbre que aunque para muchos es un mal hábito, para otros, incluyendo especialistas, no lo es.

¿Cuándo comienza este hábito? 

Por lo general, los bebés comienzan a dormir con los padres cuando éstos son aún muy pequeños, incluso recién nacidos. La razón por la cual los progenitores llevan al infante a su cama es como un mecanismo de protección y si además el bebé lacta durante la noche, las probabilidades de que permanezca en el nido es mucho mayor.

La opción de que el bebé que toma pecho duerma con los padres es ideal por un tema de comodidad; ya que el niño puede mamar a demanda sin que ello implique que mamá se tenga que levantar.

Para ello se recomienda instalar una cuna colecho junto a la cama matrimonial, pues además de proteger al pequeño, también se mantendrá de alguna manera, la intimidad de la pareja; no obstante, si no cuentas con una de estas cunitas, y acostumbras al niño a dormir en tu cama, debes tener ciertas precauciones para protegerlo, sobre todo durante el primer año.

En cambio, hay algunos padres que prefieren que estén en su cuna y solo lo llevan a la cama cuando están enfermos, y desde allí el pequeño se acostumbra y luego no quiere volver a su espacio. No obstante, la decisión de que el niño permanezca o no durmiendo con los padres es solo de los adultos; quienes deberán asumir su rol, establecer reglas, y hacerlas cumplir.

¡Llegó la hora!

Una vez se tome la decisión de que el niño se debe ir a su cuna, cama, o habitación, hazlo de manera progresiva; es decir, primero llévalo a su cuna, explícale con amor que allí es donde debe dormir, realiza todo lo que es habitual antes de acostarse. Para algunos este paso puede ser sencillo, para otros no, por lo que debes armarte de paciencia e intentarlo noche tras noche hasta que se familiarice.

En caso de que no se duerma en su cuna, duérmelo como es usual y luego llévalo a la cuna, posiblemente se despertará y debes conversar con él para que entienda que cada uno tiene su espacio para descansar y ese es el que le corresponde; quizás te esperen muchas noches de llanto, pero tarde o temprano se acostumbrará.

Luego de unos meses o algunos años, te tocará comenzar con el mismo procedimiento para pasarlo a su habitación y se adapte. Es fundamental que en este proceso lo lleves a su recamara, le expliques y permanezcas a su lado hasta que se duerma; además, debes estar atenta que si llora o te llama durante la noche, debes ir al cuarto para que no tenga el sentimiento de abandono. 

Cabe acotar que no existe una edad estipulada para que los niños dejen de compartir la cama con los padres o para que tenga su propia habitación; son papá y mamá quienes deben decidirlo según el desarrollo de su hijo y sus necesidades; sin embargo, se puede comenzar a probar a partir del año y medio, o los dos años de edad.

Hasta los tres años

Se puede considerar normal que los niños duerman con sus padres. Si transcurre más de este periodo, es probable que de adulto la persona presente problemas de dependencia por no haber desarrollado durante la infancia su individualidad y seguridad en sí misma.

Habla el experto

La psicóloga clínica de cinteco, Isabel Carrasco señala que si los niños no están enfermos o no están siendo amamantados por su madre, es mejor que duerman en su habitación porque desde el punto de vista evolutivo, ellos necesitan tener su espacio.

Sin embargo, hay otros especialistas que no están en contra de este hábito, y acotan que mientras los padres tengan claro qué quieren para su hijo, y por qué lo quieren; pues que actúen conforme a su instinto y sus necesidades, ya que son ellos los responsables, para bien o para mal, de la manera que tienen de actuar con sus hijos.

Pros

– Facilita la lactancia materna.

– Los bebés que están cerca de la madre duermen más tranquilos.

– Existe mayor estabilidad cardiorrespiratoria y mayor oxigenación.

– Disminuyen los episodios de llanto.

– Crean un lazo intenso y duradero que contribuye a un fuerte entendimiento y sentimiento de seguridad en los niños.

Contras

– Riesgo de asfixia en los niños.

– Dormir con los padres a partir de los 4 años puede entorpecer su proceso evolutivo; pues los niños necesitan desarrollar su espacio y acostumbrarse a él.

– Puede generar problemas de socialización, timidez, independencia y baja autoestima.

– Tendencia a la manipulación.

– Los padres no descansan suficiente porque los niños suelen moverse mucho más, dar golpes y patadas, e incluso algunos se sientan y hablan dormidos.

– Pérdida de la privacidad e intimidad de la pareja.

2020-09-24

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