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Marko “Mis hijas me han enseñado a ser una mejor versión de mí, desde lo maravillosas que son”

Viernes, 14 de junio de 2024 a las 12:30 pm
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Hablar de Marco Pérez, artísticamente conocido como Marko, es recordar que es uno de los comediantes más influyentes de habla hispana, además de actor y en varias oportunidades, también cantante. Pero sobre todo, esposo y padre producto del amor.

Era 2017 cuando se casó con Yulbert Zambrano y comenzó a dar sus primeros pasos hacia lo que significaba la paternidad, gracias a la convivencia que tenía con Valery, la primera hija de la influencer venezolana. Pero no fue hasta el 2019, cuando su primogénita, Amor, llegó a sus vidas y le brindó la oportunidad de seguir trabajando ese vínculo tan especial entre un padre y una hija.

Unos años después, Roma, también llegaría a sus vidas para seguir entregando felicidad a la familia. Para Marko, la vida cambió desde el primer momento, porque mucho era lo que podía decir de los padres, hasta que le tocó convertirse en uno.

“Es muy distinto dar opiniones sobre crianza cuando no eres padre, a cuando lo eres. Cuando lo eres tomas mucha más conciencia de lo bonito y complicado que a veces se vuelve también. Mi visión cambió completamente. Es totalmente distinta a la que tenía antes de ser padre, a la que tengo ahora”, comparte.

Esa transformación no solo le permitió ver la paternidad desde otro lugar, sino también accionar de una forma distinta. Cada uno de los pasos que da, ahora están enfocados en sus hijas. Ellas se han convertido en ese disco que se repite en su mente para recordarle que debe pensar antes de hablar, antes de actuar e incluso antes de crear contenido.

Este título o responsabilidad, también orientó su forma de llevar sus redes sociales, ahora son un poco más familiares, sin que eso implique que pierda su esencia o eso que lo llevó a ganarse el reconocimiento de la comunidad latina.

“Lo más retador ha sido, entre una agenda tan complicada, poder entregar el tiempo que mis hijas necesitan y merecen. Ha sido lo más retador, pero lo he equilibrado de una manera perfecta y ha sido una bendición completamente”, confiesa.

Con asombro y admiración, Marko resalta cómo pese a que sus tres hijas vienen del mismo vientre, son tan distintas y especiales al mismo tiempo. Lo que le hace disfrutar grandemente su vida junto a ellas, a través de sus curiosidades, sus inquietudes, opiniones y su manera de pensar y ver la vida.

Equilibrar la paternidad y el trabajo

Aunque disfruta lo que hace, a lo que se dedica, sabe que muchas veces sus sketches no reflejan los mejores valores, o por lo menos no aquellos que quisiera compartir con sus hijas. Pero afirma que su comedia no es el lugar desde el que las quiere formar, para eso está su hogar y también el ejemplo que le da a través del respeto al prójimo.

“Lo inculcamos muchísimo en mi casa, en la empatía de los demás. En sentir que si las demás personas están mal, hay que hacer algo, hay que movernos, hay que tratar de ayudarlos. Esos son los valores diarios que les inculcamos. Prefiero inculcarle el valor en el contenido que hago donde ayudamos a las personas, donde operamos niños, donde recolectamos. Ahorita yo las estoy haciendo parte de eso, las llevo a las recolecciones. Ellas me ayudan haciendo cosas, van conmigo a comprar las cosas para que se logren las recolecciones para conseguir el dinero para distintas patologías de los niños. Ahí es donde me gusta hacerlas parte de mi contenido”, destaca.

Con esa idea de profundizar en la educación y la crianza, y compartir más tiempo junto a la familia, Marko mudó el estudio a su casa. Lo que le permite salir de una ronda creativa y abrazar a sus hijas, compartir con su esposa, crear recuerdos. Todo con solo abrir una puerta.

“Puedo jugar un rato con Roma, luego con Amor o conversar y almorzar con Valeri. Encontré el equilibrio perfecto para estar en sus vidas casi la mayor cantidad de veces a la semana y horas posible. Siempre estoy presente, gracias a Dios. Cuando viajo se hace un poquito complicado, si el viaje es muy largo trato de venirme en intervalos de tiempo. También trató de llevarme a cada una a un viaje”, agrega.

¿Cómo maneja las redes quien vive de ellas?

En la casa de Marko y Yulbert, las plataformas digitales están controladas para sus hijas. Solo permiten que el público, sus seguidores, vean lo que ellos desean mostrar, teniendo como premisa cuidar su privacidad.

El creador de contenidos asegura que esa es una decisión compleja, sobre todo cuando una persona decide hacer una carrera de este tipo, como los artistas, políticos, artistas, cantantes y cualquier persona que esté a merced de la opinión pública.

“Se vuelve bastante llamativo para la gente tratar de conocer sobre sus hijos, sobre la crianza. Y nosotros en realidad siempre tratamos de mostrar lo que podemos, pero de una manera controlada. No las llevamos a hacer lo mismo que nosotros ni estamos pendientes de que ellas entren en este mundo”, dice.

A través de sus redes sociales tratan de compartir anécdotas, situaciones especiales, pequeños momentos de la crianza, pero siempre con un límite establecido, con el que también determinan qué no y qué sí se puede publicar o dar a conocer sobre sus niñas.

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Z3D: ¿Cuáles son las actividades que más disfrutas hacer con ellas?

MP: Llevarlas a lugares donde ellas puedan correr, como parquecitos de agua o lugares donde puedan disfrutar, ser libres, reírse, tirarse en el piso, dar vueltas; donde ellas en realidad se sientan libres, donde tengan espacio. Disfruto mucho eso. Pero también ver películas en la cama. Lo que pasa es que hay que hacer un equilibrio, porque Roma tiene año y medio y disfruta más como que la lleves a un parquecito, a cosas donde ella pueda agarrar objetos, correr, montarse.

Z3D: ¿Cuáles son los momentos más especiales que han vivido?

MP: Los vivo a diario. Porque para serles bien honesto, nada más con estar con una de mis hijas acostada, que sonría y me dé un beso o me diga te amo, es un momento tan especial como el día en que nació, como el día en que se graduó ahorita del kinder. Ver ahorita a Roma antes de salir de la casa y me pone la manito en el cachete y me soba. Para mí es un momento muy especial. Los vivo a diario. No estoy esperando identificar cuáles son los más especiales, estoy disfrutando cada segundo junto a ellas.

Z3D: ¿Cuál es el mayor aprendizaje que ellas, desde su inocencia y su manera de experimentar, te han dado?

MP: El tratar de ser una mejor versión de mí, para no inculcarle malos valores. Me hacen un llamado a la calma. Algunas veces me he alterado como padre porque mis hijas están haciendo algo malo y uso un tono autoritario, o digo alguna cosa que de repente está un poquitito subidita de tono y, por ejemplo, mis hijas me han dicho que me tranquilice y que hablemos. Son cosas así, estos niños traen otro chip y en realidad conversamos y las cosas son maravillosas. Me han enseñado a calmarme, a ser una mejor versión de mí en esa versión tan maravillosa que ellas son, tan pura desde su inocencia.

Z3D: ¿Qué lesiones importantes has aprendido sobre la crianza que ni siquiera imaginabas?

MP: A no repetir patrones de conducta de cómo te criaron a ti. A mí me criaron maravilloso, mi mamá es una mujer maravillosa, mi papá también, pero la crianza con el tiempo cambia porque las realidades son otras. Sigo inculcándole el respeto a mis hijas, la rectitud, la importancia de entender que hay un orden, que hay reglas, pero es muy distinto como nos criaban a nosotros. La idea es identificar los patrones de tu crianza que estaban equivocados para que no los repitas con tus hijos y agarrar los buenos, los que consideres que sí son, que sí valen la pena, y ponerlos en práctica.

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2024-06-14

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