Guardar una cebolla cortada de forma adecuada en la nevera es esencial para preservar su frescura, sabor y evitar que otros alimentos absorban su olor característico. Aquí continuación tienes un paso a paso para almacenarla correctamente.
Envuelve la cebolla de manera hermética
Usa envoltura de plástico, papel aluminio o, preferiblemente, un recipiente hermético. Esto evitará la exposición al aire, que acelera la oxidación, y reducirá el riesgo de que su aroma se transfiera a otros alimentos.
Utiliza un recipiente adecuado
Si decides usar un recipiente, opta por uno de vidrio con tapa hermética. El vidrio no absorbe olores, a diferencia del plástico, lo que ayuda a mantener un ambiente neutral para la cebolla.
Mantén la cebolla seca
Antes de almacenarla, asegúrate de secar cualquier exceso de humedad. El contacto con agua puede acelerar el deterioro y fomentar la aparición de moho.
Guárdala en la parte más fría del refrigerador
Coloca la cebolla cortada en la parte baja de la nevera o en el cajón de verduras. Mantenerla en un ambiente fresco y constante ayudará a prolongar su frescura.
Evita largos periodos de almacenamiento
Aunque una cebolla cortada puede durar de 5 a 7 días en la nevera, su sabor y textura pueden comenzar a deteriorarse con el tiempo. Consúmela lo antes posible para aprovechar su mejor calidad.
Etiqueta y controla las fechas
Para evitar olvidar cuánto tiempo lleva almacenada, coloca una etiqueta con la fecha en el recipiente. Esto te ayudará a consumirla antes de que pierda su frescura.
Alternativa: congela para usos específicos
Si no planeas usar la cebolla pronto, considera congelarla. Corta la cebolla en trozos pequeños, guárdala en una bolsa hermética y úsala directamente en guisos o sopas, ya que perderá su textura crujiente, pero permanecerá su caracteristico sabor.
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