Al momento de guardar el pan que queda de las comidas, muchas personas suelen dejarlo en bolsas de papel y sin percatarse cometen un error, pues esto puede endurecerlo más rápido.
Es decir, si buscas conservar este alimento el mayor tiempo posible y que además se mantenga fresco y crujiente opta por sacarlo de las bolsas y envuelve en Ziploc, por ejemplo.
Esta técnica, siempre y cuando se realice de manera adecuada y en el momento oportuno, ayuda a que el pan no se reseque ni se enmohezca.
¿Cómo guardar el pan?
Muchas son las recomendaciones de los expertos respecto a la manera de guardar el pan para que se conserve en buen estado por mucho más tiempo.
Algunos prefieren guardarlos en un lugar seco y fresco a temperatura ambiente, mientras que otros prefieren envolverlos en bolsas de papel; cajas de madera o bolsas tela, algodón o lino; porque estos materiales conservan la humedad del alimento y permiten que el pan respire.
Otra alternativa es congelarlo, siempre y cuando no desees consumirlo tan pronto. Para ello, las bolsas herméticas de plástico, estilo Ziploc, son la opción más recomendada para guardar el pan.
En acción
Para congelar el pan, se sugiere cortar en rebanadas, envolver en el Ziploc y guardar en envases herméticos, preferiblemente por separado para que, al momento de descongelar, solo se saque las piezas a consumir y el resto no de dañe.
De interés
Si decides congelar el pan, cuando quieras consumirlo, debes descongelarlo de manera natural, sin utilizar el horno o el microondas. En este sentido, saca el pan del congelador y mete en la nevera durante un par de horas, y después saca y deja a temperatura ambiente.
Debes tener en cuenta que este método, aunque ayuda a conservar el alimento, cambia su textura, y hasta puede resecarlo.
De igual manera, se recomienda consumirlo de una vez porque el frío y la humedad de la nevera aceleran su descomposición y favorece la aparición de moho.
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