La palabra servilleta deriva del francés serviette y es una pieza rectangular elaborada de tela o papel. Fueron aceptadas como signo de refinamiento en un comedor, y se fabricaban en tela de diversos tamaños.
En la época romana, se usaban la sudaria, que era un pequeño trozo de tela que cabía en un bolsillo y se usaba para secar el sudor de la frente durante las comías en el mediterráneo y el mapea, era una pieza de tela más larga que se extendía sobre el borde de los sillones para protegerlos de los alimentos que se ingerían en una posición reclinada, pero, también se usaba para limpiarse los labios.
Reglas de etiqueta
– La servilleta se coloca sobre el regazo. No se considera apropiado colgar la servilleta de la camisa ni anudarla al cuello ni dejarla sobre la mesa.
– Se puede emplear la servilleta tantas veces como se crea oportuno.
– Es obligatorio limpiar la comisura de los labios antes de ingerir líquidos. De esta forma, no se dejan marcas grasientas o de lápiz labial en la cristalería.
– La comida queda cerrada formalmente cuando el anfitrión pone su servilleta a la derecha del plato, instante en el que se da paso al café y/o postre.
– Lo correcto es dejar la servilleta ligeramente doblada, pero nunca igual a como estaba al comienzo de la comida.
Tamaños
60 x 60 cm son las servilletas realmente elegantes.
45 x 45 cm son las que como mínimo se usan para una comida.
34 x 34 cm se usan para buffets o comidas ligeras.
22 x 22 cm son las servilletas de merienda.
20 x 20 cm son las servilletas de aperitivo.
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