Aunque los niños no deben comer dulces en exceso, hay momentos para disfrutar alguna golosina o postre, a menos que exista alguna recomendación medica que lo prohíba.
Algunos niños comen lo que sus padres le dan, otros tienen problemas para comer y probar alimentos nuevos. Hay que ser creativos para incorporar nuevos sabores al paladar de los niños.
Recomendaciones:
Batidos de frutas: mezclados con yogur, los batidos quedarán más sabrosos. Éstos llevan menos azúcar, para que resulten atractivos para el niño, y también les puedes incorporar leche.
Tortas de frutas: prepara un bizcocho y decóralo con frutas y chocolate o crema batida. Si a su hijo no le gustan las frutas, se pueden triturar para que pasen desapercibidas. También puedes probar con la gelatina de frutas.
Zumo de frutas: son nutritivos y apetecibles, sobre todo si se toman recién hechos. A los niños les suele gustar mucho el zumo de pera o de manzana, pero también puedes probar a darle otras frutas solas o combinadas. Los de cítricos son algo ácidos y suelen gustar menos, pero con algo de azúcar los niños suelen tomárselos. Son necesarios, ya que aportan mucha vitamina C.
Para tener en cuenta
1. No dejar que piquen entre horas. Es común que los niños lleguen sin hambre a la comidas por culpa del “comer” entre horas. Evitarlo ayuda a terminar con las quejas y negativas hacia el resto de los platos.
2. Es conveniente sustituir las chucherías por piezas de fruta o sándwiches.
3. Comer todos los tipos de alimentos, de forma variada. Es importante llevar una alimentación variada, que incluya los diferentes grupos de alimentos.
4. Hacer los platos más atractivos. Buscando recetas más originales, variar los menús cotidianos con alimentos desconocidos o diferentes, para que prueben nuevos sabores. Además, es conveniente que ellos participen en la selección de los menús.
5. Hacer deporte. La tendencia de niños sedentarios se está generalizando. Debemos buscar maneras de fomentar el ejercicio físico en su día a día, y el mejor modo es que nosotros participemos también de un estilo de vida activo, caminando a diario, subiendo las escaleras, saliendo en familia a pasear, o montando en bicicleta.
6. Beber agua, es la mejor bebida. Los preferidos de los más pequeños son los refrescos. Las bebidas azucaradas aportan mucha energía, que se ha relacionado con el aumento de la obesidad infantil, por lo tanto, la bebida diaria debe ser el agua. Ocasionalmente, pueden tomar otras, como jugos naturales 100%, pero sin sustituir al agua.
7. Tener siempre a mano una fruta. Las frutas son un complemento clave para la alimentación de los más pequeños. Tener frutas frescas enteras, fáciles de comer o incluso troceadas, en la nevera, fomenta su consumo a cualquier hora del día.
8. Acompañar las comidas con guarniciones de verduras. Aprovechar las guarniciones para incluir cantidades más pequeñas de sus verduras preferidas cocinadas en su punto, y reducir frituras de alimentos precocidos, como las papas fritas congeladas.
9. Cocinar sano. Las técnicas de preferencia deben ser el hervido, horneado, salteado, plancha y vapor, porque requieren menor adición de grasas.