Evidentemente no estamos en momentos de celebración, pero tampoco podemos dejar pasar por alto la llegada del que para muchos, es el mes más alegre del año, diciembre.
Partiendo de ello y en pro de que todos puedan disfrutar de un estado de completo bienestar físico, mental y social, a pesar de todas las alteraciones y consecuencias que ha dejado la pandemia de Covid-19, los problemas económicos, políticos y sociales que se han venido arrastrando en los últimos años, te ofrecemos algunas recomendaciones para que salgas bien librado de todo esto y sin perjudicar tu salud.
La idea es que cada individuo tome medidas que favorezcan su salud mental y además, apoyen a familiares y amigos para que no se vean afectados por un trastorno de este tipo.
Incertidumbre
Confinamiento, teletrabajo, educación a distancia, la amenaza de un posible contagio por el virus y el exceso de información, son responsables de muchos problemas que pueden terminar afectado la salud mental de las personas.
La ansiedad, el miedo, la rabia y la frustración, han aflorado a causa de la pandemia, y toda la situación a nivel mundial.
En este sentido, la psicóloga Suheiz Maestre indica que “es poco favorable no querer saber nada acerca de lo que ocurre actualmente, como también es poco favorable querer saberlo todo, en este momento las noticias inquietantes son una constante y esto constituye un factor generador de muchas emociones negativas o desagradables en los adultos, al pensar en el porvenir de sus hijos y en el propio; en este sentido, lo primero que hay que hacer para gestionar esas emociones es no aceptar como verdadera toda la información que nos llega y creer en todo lo que nos dicen los demás, sino seleccionar y filtrar esta información, solo quedarnos con las fuentes confiables y el resto desecharlas, así como controlar el tiempo que pasamos expuestos a noticias de este tipo, acentuando la calidad de la información, por encima de la cantidad.
Practicar la respiración diafragmática, así como el Mindfulness y la Meditación, estrategias que permiten fijar la mente en la realidad del aquí y el ahora atendiendo al momento presente, esto favorece la relajación, la serenidad y la calma. Del mismo modo, reinterpretar la situación como algo que reporta algún beneficio, por pequeño que sea, aceptando que ciertas modificaciones y cambios pueden resultar potencialmente positivos, para nosotros, nuestros hijos y/o la colectividad. Finalmente, cultivar el agradecimiento y la resiliencia para nutrirnos de la situación y crear nuevas fortalezas a partir de ella”.
Los pequeños vulnerables
Aunque parezca mentira, los niños también han estado sufriendo todos estos cambios, por lo que la psicóloga Maestre comenta que se debe “conversar con los niños, y esto no solo implica que el adulto sea quien hable, los niños también necesitan ser escuchados, es necesario preguntarles por ejemplo ¿Qué les preocupa? ¿Qué piensan sobre eso? ¿Qué o cómo se sienten? etc., y dejar que se expresen, conocer estos contenidos permite descubrir el mundo interno del niño, entenderlo y resulta más fácil ayudarlo a interpretar de otra forma lo eventos.
Cuidar lo que se dice y se hace frente al niño, ver si no son los propios padres quienes le están transmitiendo esta ansiedad, puesto que en ocasiones el niño comienza a cargar con preocupaciones que no son suyas o no le corresponden.
Evitar comentarios que señalen que el niño no tiene o no hay razón para que se sienta de determinada manera, si no validar sus emociones, validar sugiere acompañar y estar presentes, con esto el niño se siente querido, tomado en cuenta, aceptado, respetado y seguro.
También se recomienda facilitarles la socialización a distancia, realizar respiraciones lentas y profundas con ejercicios sencillos o actividades físicas, ya que mediante estos se liberan sustancias en el cuerpo que ayudan a tener una sensación de bienestar y felicidad”.
¿Qué hacer?
– Reducir la exposición a las noticias y mantenerse informado por medios fiables.
– Realizar ejercicios.
– Cuidar la alimentación.
– Dormir las horas recomendadas de 6 a 8 horas diarias.
– Organizar y respetar los tiempos. Aprender a priorizar.
– Mantener el contacto así sea virtual, con los seres queridos, familiares y amigos.
– Preparar actividades para el disfrute de la familia.
– Aprender a controlar las emociones.
– Adoptar una actitud constructiva y positiva.
– Reducir el consumo de alcohol y tabaco.
– Buscar ayuda cuando lo necesites.
Agradecimientos: Suheiz Maestre – Licenciada en Psicología (Telf. 0414-2420019 / [email protected] / IG: @segmentoserio)
2020-12-02
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