Reducir el riesgo de contraer cáncer es factible, eso dicen los expertos en el cuidado de la salud. Las principales recomendaciones son mantener un peso saludable, limitar el consumo de alcohol, evitar el tabaquismo y sedentarismo, y proteger la piel.
Aunque muchos son los factores que pueden desencadenar esta enfermedad, la prevención siempre es lo más importante. En tal sentido, comenzar por ejercitarse todos los días y mantener una alimentación saludable es esencial.
Según los expertos, la dieta mediterránea es una opción, pues ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y contribuye a una buena salud digestiva.
¿Cómo prevenir el cáncer con dieta?
La dieta mediterránea es un tipo de alimentación saludable basado en la cocina tradicional de la cuenca mediterránea. Se enfoca en el consumo de vegetales e incorpora los sabores típicos y tradicionales de la cocina de Grecia, España, el sur de Italia, Francia y otros países que limitan con el Mar Mediterráneo.
Esta es una dieta saludable que recomienda el consumo de abundantes frutas, verduras y granos con alto contenido de fibra, además de, pescados, queso, y aceite de oliva, entre otros.
Asumir este régimen de alimentación es favorable porque previene enfermedades, mejora el estado de ánimo y aumenta los niveles de energía gracias al aporte de vitaminas, minerales y nutrientes.
Por otra parte, se estima que el aporte de grasa, principalmente del aceite de oliva extra virgen, que es rico en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes, ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo del cuerpo. Con esto, también puede disminuir el riesgo de cáncer.
Hablan los expertos
Existen evidencias científicas que demuestran que seguir la dieta mediterránea baja la incidencia de cáncer, y aumenta la supervivencia y longevidad. Según los investigadores, esta dieta cumple con los criterios de alimentación saludable porque es equilibrada. Además, evita los compuestos químicos potencialmente cancerígenos que pueden dañar el organismo.
¿Qué comer?
Intenta incluir en la dieta frutas y verduras frescas en odas las comidas y que el postre sea una pieza de fruta.
Opta principalmente por consumir lentejas, garbanzos, guisantes, judías y pescados. Consume pan, arroz y pasta, preferiblemente integral, ya que aportan más fibra. Evita las carnes rojas y las procesadas como hamburguesas, salchichas y embutidos. También evita el consumo de azúcar refinada y limita la ingesta de sal.
La clave está en el uso de aceite de oliva como aderezo o como ingrediente para la elaboración de diferentes platillos.
Desayuna, por ejemplo, con tostadas con aceite de oliva y tomate, frutas y yogur. Almuerza ensalada de verduras con pescado y una pieza de fruta; y cena una crema de verduras o una ensalada.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube