El romero es una planta aromática ampliamente conocida por sus propiedades medicinales y su uso en la cocina. Sin embargo, más allá de su aroma y sabor, el romero ofrece múltiples beneficios para la salud, especialmente en lo que respecta a la digestión y el metabolismo.
Digestión
Ha sido utilizado tradicionalmente para aliviar problemas digestivos. Sus compuestos activos, como el ácido rosmarínico, los flavonoides y los aceites esenciales, poseen propiedades carminativas, lo que significa que ayudan a reducir la formación de gases en el tracto digestivo. También estimulan la producción de bilis, un líquido vital para descomponer las grasas y facilitar la digestión de los alimentos.
Además, el romero actúa como un antiespasmódico natural, aliviando molestias como calambres abdominales e indigestión. Su capacidad para reducir la inflamación del sistema digestivo lo convierte en un remedio eficaz para trastornos como la gastritis y el síndrome del intestino irritable.
Metabolismo
El romero también desempeña un papel importante en la regulación del metabolismo. Contiene antioxidantes potentes, como los diterpenos fenólicos, que protegen las células del daño oxidativo y favorecen el funcionamiento óptimo del cuerpo. Esto ayuda a mantener un equilibrio metabólico saludable, esencial para la conversión eficiente de los alimentos en energía.
Por otro lado, el romero estimula la circulación sanguínea, lo que mejora el transporte de nutrientes y oxígeno a los tejidos. También puede ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre, siendo útil para quienes buscan controlar el peso o prevenir desórdenes metabólicos como la diabetes.
Formas de Consumo
El romero puede incorporarse en la dieta a través de infusiones, aceites esenciales diluidos o como condimento en las comidas. Consumir una infusión después de las comidas puede ser una forma efectiva de aprovechar sus beneficios digestivos y metabólicos.
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