París, conocida como la ciudad más romántica del mundo, es el destino ideal para celebrar el Día de San Valentín. Con su arquitectura icónica, calles empedradas y ambiente encantador, ofrece innumerables experiencias para disfrutar en pareja.
Empieza el día con un desayuno en una acogedora cafetería parisina. Un croissant recién horneado y un café en lugares como Café de Flore o Angelina son una excelente manera de comenzar el día con un toque clásico.
Después, pasea por el barrio de Montmartre, uno de los rincones más románticos de París. Explora la Plaza du Tertre, donde los artistas capturan la esencia de la ciudad en sus lienzos, y visita la Basílica del Sagrado Corazón, desde donde se obtiene una vista panorámica inigualable.

Para una experiencia aún más especial, deja un candado en el Puente de las Artes como símbolo de amor eterno. Aunque la tradición ha cambiado con el tiempo, muchos enamorados siguen encontrando formas de dejar su huella en la ciudad.
El almuerzo puede ser en un bistró con vistas al Sena, disfrutando de la exquisita gastronomía francesa. Un menú con foie gras, queso brie y una copa de vino puede hacer que la ocasión sea aún más especial.
Por la tarde, nada mejor que un paseo en barco por el río Sena. Contemplar los monumentos iluminados mientras la ciudad se desliza suavemente alrededor es una experiencia inolvidable.
Al anochecer, una cena en un restaurante con vistas a la Torre Eiffel es la mejor manera de cerrar el día. Lugares como Le Jules Verne, ubicado en la misma torre, ofrecen una experiencia gastronómica inigualable.
Finalmente, un paseo nocturno por los Campos Elíseos o una visita al romántico barrio de Le Marais permitirán terminar el Día de San Valentín con la magia única de París.
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