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Un parto difícil puede afectar el nervio pudendo

Jueves, 12 de noviembre de 2020 a las 09:47 am
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El nervio pudendo es aquel que se encuentra en la región pélvica y transmite estímulos nerviosos a los genitales externos de ambos sexos, así como también los esfínteres de la vejiga urinaria y del músculo esfínter externo del ano. Cuando los partos duran mucho tiempo o resultan complicados por algún motivo, llamados partos distócicos, pueden afectar el nervio pudendo en la mujer, lo que a su vez podría derivar en un padecimiento de estreñimiento o incontinencia fecal.

César Louis, médico gastroenterólogo, asegura que “en los partos complicados o instrumentados, como el nacimiento de fetos macrosómicos (bebés que son más grandes que el promedio), el pudendo se estira mucho, es decir, más del 12% de su longitud, y esto generalmente ocasiona daño neurológico, lo que se traduce como una neuropatía de este nervio”.

El pudendo, al estar ubicado por debajo del canal de parto, entre 30 a 40% de todos los partos en general puede ocurrir un estiramiento de este tejido nervioso, que puede desarrollarse con síntomas como dolor ano-rectal y perineal cuando el paciente está sentado. Entre las dolencias que puede padecer el paciente se encuentran incontinencia fecal o estreñimiento, afectación de la libido o de la excitación sexual, molestia en la piel del periné o sensibilidad exacerbada.

Agrega que al dañarse este nervio pueden presentarse otros síntomas sensitivos diferentes al dolor, como son los “síntomas sensitivos (molestia, ‘picazón’, ‘corrientazo’ o pérdida de sensación), motores (debilidad muscular o el piso pélvico puede perder fuerza y traducirse en incontinencia) o vegetativos (se afecta el nervio dorsal del clítoris o del pene, y la persona puede perder líbido o sentir excitación sexual). Incluso el paciente puede tener los síntomas sin sentir dolor”.

¿Cómo tratarlo?

Existen tres etapas de tratamiento de acuerdo con los síntomas y el grado de daño que haya sufrido el nervio: La primera es el autocuidado, la hiper protección perianal, es decir, dejar de hacer actividades que causen la aparición del dolor como estar mucho tiempo sentado o el ciclismo, por ejemplo.

La segunda etapa es la inyección de esteroides o lidocaína en el sitio donde se encuentra el posible “atrapamiento” del nervio. Si esto no funciona, se acude a la rehabilitación ano rectal. El paso tres es la solución quirúrgica para descomprimir el “pinzamiento o atrapamiento” del pudendo.