Desde Barquisimeto, la chef Cristh Viera ha convertido el chocolate en su lienzo. Sus esculturas de chocolate fusionan técnica, identidad y una visión artística única.
En entrevista exclusiva con 2001 Online, Vieira revela cómo pasó de emprendedora gastronómica a escultora autodidacta, y qué piezas han marcado su evolución como artista.
Esculturas de chocolate: el arte que nació por accidente
La historia de Cristh Viera con el chocolate comenzó en 2023, cuando su emprendimiento Black Box ofrecía fresas cubiertas. Sin embargo, el deseo de diferenciarse la llevó a experimentar con formas más complejas.
La gente empezó a llamarlo arte antes que ella lo asumiera como tal. Fue entonces cuando decidió estudiar escultura en arcilla para comprender lo que ya hacía intuitivamente.
Las esculturas de chocolate más destacadas de Viera
Entre sus obras más complejas destaca un pulpo de chocolate, con tentáculos modelados individualmente y detalles cromáticos que simulan movimiento. La pieza requirió horas de precisión y control ambiental.
"Cada escultura tiene sus propios desafíos, pero quizás la más desafiante ha sido la escultura del pulpo. El trabajo detallado, la forma orgánica, los tentáculos, cada uno con su propio movimiento, hizo que la ejecución fuera compleja y requiriera horas de paciencia y precisión", dijo.
También ha creado esculturas inspiradas en figuras locales como Gustavo Dudamel, y una Divina Pastora elaborada en marshmallow. Cada obra refleja su estilo personal y su conexión con Barquisimeto.
Técnica, materia prima y desafíos climáticos
Viera trabaja con chocolate venezolano de 60 a 70 % de cacao, ideal para esculpir por su textura y resistencia. La humedad de Barquisimeto representa un reto constante, por lo que adapta su espacio para mantener condiciones óptimas.
La temperatura influye directamente en la estabilidad de las esculturas. Un ambiente frío y seco permite conservar las formas sin deformaciones ni fracturas.
Valor artístico y precios de las esculturas
El precio de cada pieza depende del tipo de chocolate, la complejidad y el tiempo invertido. Algunas esculturas requieren más de 40 horas de trabajo, sin contar el proceso creativo previo.
Aunque el chocolate es efímero, Vieira defiende su valor como arte comestible. Cada escultura ofrece una experiencia única, irrepetible y profundamente emocional.
Barquisimeto como inspiración y plataforma global
La chef reconoce que su ciudad natal influye en su estética y narrativa visual. Barquisimeto, con su riqueza cultural, le ha dado referentes que plasma en sus obras.
Actualmente, Viera planea ofrecer cursos de arte en marshmallow y escultura en chocolate. Además, busca colaborar con marcas que valoren el arte como herramienta de comunicación.
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