Taylor Swift logró extender su orden de restricción contra Jason Brian Wagner, el exconvicto de 45 años que insiste en tener un hijo con ella. El tribunal de Los Ángeles mantendrá la medida cautelar hasta el 21 de julio tras revelarse que Wagner visitó ilegalmente su casa múltiples veces, usando documentos falsificados para empadronarse en su domicilio. La cantante declaró que jamás tuvo contacto con él, pero su obsesión escaló hasta niveles alarmantes con afirmaciones sobre una relación inexistente.
El pasado 25 de junio, Taylor solicitó aplazar la audiencia original para garantizar la notificación formal al acusado, recibiendo luz verde judicial. Solo dos días después, su equipo de seguridad liderado por Alex Welch presentó un expediente demoledor: más de 470 páginas con correos electrónicos perturbadores, fotos y mensajes enviados por Wagner al "Taylor Swift Fan Club". En uno fechado el 26 de febrero de 2025, comenzaba: “Buenos días nuevamente, este correo electrónico es estrictamente para mi esposa Taylor Alison Swift...".
Las pruebas exhiben delirios alarmantes: Wagner afirma trabajar para la iglesia, ser "esclavizado" y tener un vínculo espiritual con Swift. Incluso pidió acompañarla a los Globos de Oro como su "mano izquierda". Entre las evidencias hay fotos de su mano con un corazón púrpura, ramos de flores y paisajes enviados a la artista. Taylor detalló tres intentos de intrusión en julio de 2024, uno con una botella de vidrio que "podría haberse utilizado como arma", según documentos judiciales.
La estrella exige que Wagner se mantenga a 100 yardas (91 metros) de ella, su hogar, trabajo y vehículo. La audiencia definitiva para convertir la orden en permanente será el 21 de julio. Este caso marca otro capítulo en la lucha de Swift contra el acoso, reforzando protocolos de seguridad ante amenazas que persisten pese a su estatus internacional.
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