Un exinformante hispano de la Administración para el Control de Drogas (DEA) pasa las noches en vela por la preocupación de que la administración de Trump lo deporte con su familia a su país de origen en Honduras.
Según una información publicada por la cadena Telemundo, el hombre asegura que todas las noches reza para no ser deportado; en el caso de que se presentara este escenario, podría ser víctima de una venganza de un grupo criminal al que pertenecía.
“Si el día de mañana me llegan a expulsar para un lugar de esos, no sé qué va a pasar conmigo. “Mi problema no es pequeño, sino que es un problema de vida o muerte”, cuenta el ex informante de la DEA.
¿Por qué el exinformante se niega a regresar a Honduras?
Pablo, como pidió, se identifica por seguridad, relata que atraviesa una situación muy difícil y teme por el futuro de sus hijas y asegura que si es enviado de nuevo a Honduras, su muerte es segura.
Durante una entrevista realizada por Telemundo, Pablo indica que Estados Unidos (EEUU) le ofreció la oportunidad de vivir mejor con su familia, un empleo seguro e incluso puede asistir a la iglesia con regularidad.
Además, hace énfasis en su contribución a la resolución de un caso que permitió el arresto de criminales. Sin la colaboración de un tercero es muy difícil lograr la captura de una persona, dice el exinformante.
Las agencias federales estadounidenses como la DEA y el FBI buscan la ayuda de informantes bajo programas de protección para investigar y atrapar a narcotraficantes y capos criminales.
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