La gestión de los beneficios del Seguro Social tras el fallecimiento de una persona es una preocupación común entre los estadounidenses.
La Administración del Seguro Social (SSA) tiene un protocolo específico para determinar quiénes pueden recibir estos beneficios, conocidos como beneficios para sobrevivientes.
Estos pagos están destinados a familiares que dependían de alguien que trabajó y contribuyó al sistema del Seguro Social antes de su muerte.
Beneficiarios principales
Los beneficiarios principales son los cónyuges, ex cónyuges, hijos y, en algunos casos, padres dependientes.
Para que un cónyuge o ex cónyuge califique, debe tener al menos 60 años, o entre 50 y 59 años si tiene una incapacidad.
También haber estado casado durante al menos nueve meses antes del fallecimiento.
Además, no deben haberse vuelto a casar antes de cumplir 60 años (o 50 si tienen una incapacidad). Los excónyuges que estuvieron casados por al menos diez años también pueden ser elegibles.
Hijos
En cuanto a los hijos, pueden recibir beneficios si son solteros y tienen 7 años o menos, o entre 18 y 19 años y asisten a la escuela a tiempo completo.
También pueden calificar aquellos que desarrollaron una discapacidad antes de los 21 años. En circunstancias específicas, se pueden extender beneficios a hijastros, hijos adoptados, nietos y nietastros.
Padres
Los padres dependientes que tengan 62 años o más y que recibieron apoyo financiero del hijo fallecido también pueden ser elegibles.
Los beneficios incluyen pagos mensuales y la posibilidad de acceder a Medicare, dependiendo del historial laboral del familiar fallecido.
Una vez aprobados los beneficios, es fundamental informar a la SSA sobre cualquier cambio en la situación laboral o personal.
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Generalmente, las funerarias notifican a la SSA sobre los fallecimientos, lo que puede simplificar el proceso para los familiares.
Con información de Solo Dinero.
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