El típico dolor de cuello causado por una mala postura se diferencia al dolor punzante que se genera debido a un problema de la cervical. Un estudio revela que el 70% de la población mundial sufrirá de dolor de cervical alguna vez en su vida.
Aunque existe mayor propensión a sufrir de estos dolores y molestias de cuello a medida que la persona envejece, este dolor afecta prácticamente a todos los sectores de la población sin distingo de raza, edad, u otra condición.
¿Por qué ocurre?
En muchas ocasiones este dolor se relaciona con la carga de objetos pesados y los esfuerzos físicos, pero tiene muchas causas, desde lesiones, hasta enfermedades, como artritis u osteoporosis.
También puede ser a consecuencia del estrés, la tensión o la más común, una mala postura. Además, se sabe que el sedentarismo, los trabajos estáticos durante tiempo prolongado o las tareas en un entorno inadecuadamente adaptado aumentan la probabilidad de que el dolor aparezca o se intensifique.
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Alivio
Este dolor se puede contrarrestar con rutinas de ejercicios, los cuales deben estar compuestos por suaves y leves movimientos que ayuden a relajar la zona afectada.
Es importante que los ejercicios se realicen con mucho cuidado y si es posible bajo supervisión médica. Aunque es una excelente alternativa, los ejercicios no deben reemplazar la opinión o recomendación de un médico especialista, por tanto, si sufres de estos dolores muy seguidos, no dudes en consultar un doctor.
Ejercicios
1. Ejercicio de descanso. Acuéstate sobre una superficie firme, como una colchoneta de yoga, con la cabeza en una posición de descanso y con los hombros bien alineados, inhala y exhala de forma continuada y con ritmo constante, manteniendo la cabeza estática.
En este ejercicio es importante hacer énfasis en la respiración, pues va a ayudar a relajar y oxigenar el lugar donde se tiene el dolor.
2. Desbloquea los omoplatos. Ubícate de pie con las piernas ligeramente abiertas al ancho de las caderas. Entrelaza los dedos y gira las palmas de las manos hacia delante con los brazos extendidos. Los estiras hacia delante hasta sentir que se mueven las escápulas y se curva la zona de las vértebras dorsales.
Con esta postura se evitará se concentre la tensión en los músculos del cuello.
3. Flexión hacia atrás y adelante. Siéntate en una silla y trata de llevar la cabeza hacia atrás, con la mirada hacia el techo. Mientras, abre un poco la boca para liberar la tensión de la mandíbula. Asegúrate tener la espalda recta. Regresa a la posición inicial, flexiona hacia delante, de tal modo que la barbilla quede casi tocando el pecho.
Los ejercicios de flexión ayudan a mejorar la circulación en el cuello, siempre y cuando se realicen con prudencia.
2021-06-09
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